Ozark: lo que a nadie le gusta de la serie de moda en Netflix

El viernes 21 se estrenaba la esperadísima cuarta temporada de Ozark, una de las series de moda de Netflix de los últimos tiempos. El retorno de la ficción será diferente al de las temporadas anteriores, ya que la plataforma ha decidido renovar la serie con más capítulos de lo habitual para poder cerrar la historia a lo grande, dejado todas las tramas perfectamente atadas.

Es por ello que se dividirá en dos tandas, una primera con 7 episodios. Es una estrategia que ya hemos visto en Netflix, que apostó por el mismo sistema en la última temporada de La casa de Papel, y se dividió en dos partes, emitiendo una mitad en septiembre y la otra en diciembre.

LOS MISMOS PERSONAJES DE SIEMPRE

ozark escena familia Moncloa

Por ejemplo, en Ozark está presente todo el catálogo de personajes que campan en tantos guiones: el shérif corrupto (en Breaking Bad teníamos al abogado Saul), y al agente del FBI que va detrás pisándole los talones. También tenemos una buena dosis de problemas conyugales entre los protagonistas, y los problemas de los hijos adolescentes del matrimonio, con la jovencita rebelde y el chaval que se siente fascinado por las armas. Según algunos espectadores también sobran muchas explicaciones sobre procedimientos que ya hemos visto en decenas de ficciones de la misma temática. Los numerosos flash-backs para aclarar aspectos bastante evidentes tampoco gustan mucho, porque frenan el ritmo de la narración.