Las vacunas contra el coronavirus que el Gobierno de España encargó al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) están estancadas. Ninguno de los tres proyectos de investigación que se abrieron para conseguir una vacuna española contra el coronavirus está en una fase avanzada. De hecho, aún ni han empezado las pruebas en humanos. Y es que las vacunas van tan lentas que fuentes del CSIC trasladan a MONCLOA.com que prefieren que «no se hable de fechas en ninguno de los tres casos». No vaya a ser que no se cumplan los plazos.
Más de un año llevan los investigadores del CSIC tratando de desarrollar la primera vacuna made in Spain contra el coronavirus. Mientras casas farmacéuticas privadas alrededor del mundo ya la han conseguido, los investigadores estatales siguen en el camino de obtenerla. Y el proceso se dilatará aún más ya que aún no hay fecha prevista para que estas dosis españolas financiadas por el Gobierno de España se hagan realidad.
Actualmente, hay tres proyectos en marcha. El primero de ellos es la vacuna desarrollada por los doctores Enjuanes y Sola que desarrolla un virión sintético al que se le han eliminado sus genes de virulencia mediante ingeniería genética. Se trata de una copia sintética que tiene las mismas proteínas que el virus real, por lo que genera una respuesta inmunitaria potente. Esta vacuna se aplicaría mediante un spray.
El segundo proyecto es el de Vicente Larraga y consiste en colocar un gen de un antígeno del SARS-CoV-2 en un vehículo sintético de ADN (un plásmido) que pueda ser introducido en el organismo del paciente e inducir la protección frente a la infección. Según informan fuentes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tanto el proyecto de Larraga como las investigaciones de Enjuanes y Sola se encuentra en ensayos preclínicos con ratones humanizados.
Los dos anteriores proyectos van lentos pero seguros. Sin embargo, el tercer proyecto llevado a cabo por doctores Esteban y Arriaza ya ha dado sus primeros quebraderos de cabeza al Gobierno. Esta investigación denominada CSIC-Biofabri consistía en utilizar como vehículo un virus inactivado de la familia de la viruela para introducir la proteína spike del coronavirus, que es la que permite que el virus entre en las células. Sin embargo, esta investigación quedó paralizada el pasado verano al no superarse las pruebas en macacos. Este jarro de agua fría fue amortiguado por el propio ministerio de Ciencia e Innovación que lamentó el resultado. «La explicación es que la ciencia es así, tiene sus procesos. En la investigación no siempre se alcanzan los resultados que uno quisiera«, explicó la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant.
No obstante la tardanza, los investigadores confían en que sus dosis no solo eviten que los contagiados por coronavirus desarrollen una enfermedad con grave sintomatología, sino que esperan que la vacuna española también evite al contagio. Además, en el caso de la vacuna del doctor Esteban está se podrá aplicar para evitar contagios de la variante ómicron que empezó a proliferar en la segunda quincena de 2021 y que hoy acapara la mayor parte de contagios.
LOS INVESTIGADORES esperan que la vacuna española también evite al contagio
LA DIFÍCIL EMPRESA DE ENCONTRAR VOLUNTARIOS
El retraso de la llegada de las vacunas españolas podría acarrear también una problemática añadida. La búsqueda de voluntarios podría ser una difícil empresa para los investigadores ya que tendrán que ser personas que no se hayan vacunado o que no hayan pasado la enfermedad. A día de hoy, los índices de vacunación en España superan el 80% de la población y dentro del 20% restante hay una facción de antivacunas que previsiblemente no se prestarán a ser voluntarios para probar las dosis. Asimismo, más de 10 millones y medio de personas se ha contagiado por coronavirus desde que estalló la pandemia. Por lo que estas millones de personas no podrían prestarse como voluntarias en caso de que quisiesen.
Encontrar voluntarios en los que probar la eficacia de las vacunas tras el testado en animales no va a ser tarea fácil. Más aún si el reloj juega en contra ya que a medida que avanzan las semanas hay más contagiados y más vacunados. Cabe destacar que las pruebas en humanos son imprescindibles para empezar la vacunación masiva del resto de la población.
A pesar de los problemas con los que se está encontrando CSIC, es cierto que la vacuna española podría estar cerca. Se trata de la desarrollada por la farmacéutica catalana Hipra que ya se encuentra a un paso de ver la luz. Eso sí, al contrario de los tres proyectos de vacuna que desarrolla el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se trata de una inyección financiada por una empresa privada sin aportaciones económicas públicas.
