Las malas noticias hacen olvidar tiempos mejores recientes y duraderos, al menos en cuanto a inflaciĆ³n. LlevĆ”bamos aƱos en una bonanza que parecĆa no tener fin y con los tipos de interĆ©s por los suelos. Pero tras aƱos de estĆmulos econĆ³micos artificiales y de la Ā«barra libreĀ» de la deuda a consecuencia del Covid, ahora pagamos los Ā«platos rotosĀ» en forma de inflaciĆ³n galopante que parece que se quedarĆ” aĆŗn entre nosotros durante un tiempo.
Al final, el consumidor es el gran perjudicado, al margen tambiĆ©n de los costes aƱadidos y enormes de las empresas e industria. El IPC (Ćndice de Precios al Consumo) ha cerrado el mes de enero en un preocupante 6,1%, con subidas de tipos de interĆ©s consecuentes en el horizonte. Algo que ya se ha notado en las hipotecas a tipos variables, que lo sufren inmediatamente sin que sea necesaria una correcciĆ³n al alza de facto por parte del Banco Central Europeo, en este caso. Pero veamos las cifras mĆ”s elocuentes, aquellas que llegan de verdad al consumidor. Viendo la lista que se publica por ejemplo en este tuit, el pĆ”nico de muchos es lĆ³gico.
TODO SUBE, Y MUCHO
Como vemos, no hablamos de subidas mĆ”s o menos Ā«asumiblesĀ», sino en muchos casos de incrementos escandalosos, como es el caso de la electricidad (suma y sigue), con el 46%, y el combustible (un 25% del diĆ©sel y un 23% de la gasolina). Pero la alimentaciĆ³n no se queda atrĆ”s, porque si bien son incrementos menores, en la cesta de la compra supone un tsunami mayor en los bolsillos de los espaƱoles, al ser un gasto semanal o diario, y en la mayorĆa de los casos inevitable. Y es que necesitamos consumir pan (5,3% mĆ”s caro), leche (subido del 6,6%), carne (subidas entre el 6 y 12,6%), fruta (incrementos del 8,8%) o arroz (un 8% mĆ”s caro). Pero Ā«la palmaĀ» se la lleva el aceite, esta vez y mĆ”s que nunca haciendo honor a su sobrenombre de Ā«oro lĆquidoĀ»: se han encarecido nada menos que un 30,1% interanual.
TambiƩn otra necesidad bƔsica del ser humano, el vestido, sube una media del 5%, que nos parece poca cosa si la comparamos con los alimentos y no digamos ya con la electricidad y el combustible. Casi nada se libra de este festival inflacionista, no visto desde hace tres dƩcadas. La cuesta de enero nunca ha sido tan cuesta, casi una pared.
CAUSAS DIRECTAS DE LA INFLACIĆN
Obviamente, si hablamos de combustibles, la causa directa viene ya de 2021 y se afianza en enero de 2022. El barril de petrĆ³leo brent cerrĆ³ el mes a mĆ”s de 90 dĆ³lares, fruto de una recuperaciĆ³n econĆ³mica tras la crisis de 2020 con la pandemia, pero tambiĆ©n con unos estĆmulos pĆŗblicos que no casan con la oferta. Y es que en los Ćŗltimos aƱos ha habido una inversiĆ³n en exportaciĆ³n y producciĆ³n insuficiente. A todo ello hay que sumar la ya tambiĆ©n conocida y perdurable problemĆ”tica de la distribuciĆ³n en las cadenas de suministros. Ha provocado largas esperas en los puertos y subida de los fletes marĆtimos, sumando aĆŗn mĆ”s en el encarecimiento de los productos. Menos oferta, subida de precios.
ĀæQUĆ HARĆ LA UNIĆN EUROPEA?
No el Gobierno, ya que es sabido que con una moneda comĆŗn, el Banco Central Europeo es quien tiene la sartĆ©n por el mango. Para este tipo de problemas los estados apenas tienen lĆneas de defensa ni medidas que implementar. Pero Isabel Schnabel, miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, intentĆ³ tranquilizar a la poblaciĆ³n: āNos tomamos muy en serio las preocupaciones de la gente sobre el aumento de los precios. Usted y todos los ciudadanos de la UE pueden confiar en que utilizaremos todos nuestros instrumentos para estabilizar la inflaciĆ³n en nuestro objetivo del 2% a medio plazoā, asegurĆ³. Pocos confĆan en ello.
Ā«nos tomamos muy en serio las preocupaciones de la gente sobre el aumento de los preciosĀ»
Y es que saben que la inflaciĆ³n es un Ā«virusĀ» en el bolsillo de los consumidores que provoca un descontento creciente. Pierde poder adquisitivo, y eso hace recordar al ciudadano lo importante que es la economĆa, sobre todo cuando le toca directamente al bolsillo, sin cifras macro que nunca les hace reaccionar. Vuelve a ser la principal preocupaciĆ³n, por encima del terrorismo y de la pandemia. Es algo que preocupa a la Ć©lite polĆtica, sobre todo en Francia, en pleno proceso electoral. Que hoy en dĆa en realidad es un proceso y problema global, poco importa al votante, que al final vota en su paĆs y pide soluciones para el mismo.
ĀæQUĆ 2022 NOS ESPERA?
Con toda esta aparente tormenta perfecta econĆ³mica, la poblaciĆ³n se hace la pregunta: ĀæserĆ” asĆ todo el 2022 o se verĆ” la luz al final del tĆŗnel? Algunos expertos esperan que a finales de marzo esta tempestad amaine, como pistoletazo de salida para una esperada recuperaciĆ³n y buenas perspectivas para 2023. Sin embargo, no hay que olvidar que todo depende de tantos factores imprevisibles (el Covid y la tensiĆ³n geopolĆtica en Ucrania, con un protagonista que es potencia en suministro energĆ©tico: Rusia), que pueden dispararse aĆŗn mĆ”s los precios, sobre todo de la energĆa. Y ya sabemos que con una energĆa cara, es imposible un crecimiento ni una economĆa con futuro.