domingo, 5 mayo 2024

Leche desnatada o entera: Desvelamos la leche más saludable

Si hay un producto de primera necesidad y de gran consumo en España, junto con el pan, es la leche. Pero los modos de consumo han cambiado y con los nuevos tiempos y la moda de lo sano, han hecho aumentar el consumo de leches como la desnatada, sin lactosa o incluso leches derivadas de lo vegetal y no animal como la de soja. Pero vamos a centrarnos en las aún dos más vendidas: la desnatada y la entera, y ver cuál es de verdad más saludable y conveniente.

Ante esta pregunta, te adelantamos que la respuesta no es tan sencilla. No sólo por las propiedades de cada una, sino por el aluvión de información en forma de encuestas, estudios, informes y opiniones de redes sociales, en muchos casos sin ningún rigor científico. Así que es momento de arrojar luz en este tema.

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Voces en contra de la desnatada

Leche de vaca

Pero también, sobre todo en los últimos años, han surgido voces contracorriente defendiendo lo natural y el consumo de leche entera en cualquier circunstancia. Encontramos un ejemplo en dos trabajos recientes, publicados en la revista Nutrición Hospitalaria (octubre 2018) y en Advances in Nutrition (septiembre 2019). Pero hay un problema que les hace perder credibilidad: están patrocinaos por una multinacional que vende lácteos.

Sin embargo, te indicamos lo que apuntan, y que obviamente van en la dirección de que los lácteos enteros y la obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes no tienen una relación directa. Apuntan que no tiene que ver con el contenido de grasa sino con el tipo de alimento, por lo que la leche estaría exenta de ese peligro sobre la salud.

Ante tanto debate, la población siempre es sabia y opta por un punto medio: en este caso, la decisión salomónica de consumir leche semidesnatada. La prueba es que en los últimos años ha aumentado su consumo hasta ser la variante más consumida, por encima de la entera y de la desnatada. De todas formas, por otro lado, aunque la leche entera fuera más nociva, daría igual porque el descenso en el consumo de leche se han sustituido por el aumento de lácteos azucarados como natillas, batidos de cacao, quesos petit y yogures azucarados. Como decíamos, peor el remedio que la enfermedad.

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