La inflación desmiente a Pedro Sánchez y Nadia Calviño

Dato frente a relato. Los disparados precios de febrero desmienten por completo a Pedro Sánchez y a Nadia Calviño. Tanto el presidente del Gobierno como la ministra de Economía han asegurado que la altísima inflación en España, la más elevada en 35 años, se debe ni más ni menos que a la invasión de Rusia a Ucrania.

Sin embargo, la guerra de Vladimir Putin se inició el pasado 24 de febrero, pero los precios ya vaticinaban subidas significativas desde mediados del pasado año, cuando la luz se acercaba peligrosamente a los 100 euros por MWh, hasta situarse ahora en picos superiores a los 700 euros. Pocas semanas antes de la guerra, sin embargo, los precios ya habían mostrado un fuerte empuje alcista.

La subida del precio de la luz y la energía son única responsabilidad de Putin y su guerra ilegal

«La subida del precio de la luz y la energía son única responsabilidad de Putin y su guerra ilegal», ha afirmado Sánchez en la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles. Calviño, por su parte, ha ido un paso más allá y ha acusado ni más ni menos que de «chantaje energético» a Putin.

ipc febrero sanchez Moncloa
Evolución del IPC desde la llegada de Sánchez a La Moncloa

Además, defiende ahora que se limite el precio de la electricidad. Ni una palabra sobre el espectacular aumento del precio de la luz en los meses anteriores, pese a que el Ejecutivo sí adoptó medidas, aunque a regañadientes.

EL GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ ECHA BALONES FUERA CON EL IPC

El principal culpable de este incremento de la luz no es otro que el propio Ejecutivo. En verano del pasado 2021 abrió la puerta a la subida de precios al eliminar el límite de los 183 euros por MWh. Una medida que no sólo habría contenido la alta inflación, sino que además habría dejado a las eléctricas sin los beneficios caídos del cielo. El mismo Gobierno que en verano eliminó la misma barrera de contención de los precios de la energía dice ahora que la culpa es de Putin, como si Bruselas tampoco tuviera nada que ver al respecto con sus derechos de CO2.

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Y es que, la vorágine de la economía sostenible comenzó a construirse por el tejado, modificando por completo la industria y castigando al quien contamina, mientras que en otros países, como China no tienen limitación alguna para expulsar sus gases contaminantes. La misma Alemania, en su apuesta ecologista, ha comenzado a quemar carbón, la materia prima más contaminante tras cerrar ni más ni menos que siete plantas nucleares. Estas centrales ahora han sido hasta hace unas semanas el principal enemigo a batir. Ahora, con los precios de la luz disparados, Bruselas ha calificado esta energía como «verde» y por tanto candidata a recibir fondos europeos. Pero la culpa es de Putin, según el relato socialista.

Tanta culpa tiene Putin, que el mercado energético europeo no ha sufrido ningún cambio en la estructura de fijación de los precios, donde la energía más cara marca el precio del resto. Es decir, si la nuclear se compra y vende a 60 euros por MWh y el gas se dispara por encima de los 200 euros, la nuclear pasa a costar 200. Pero la culpa es de Putin y no de unos oligarcas europeos apoltronados en la silla y contemplando como se está arrasando Ucrania.

BRUSELAS, INCAPAZ DE CONTROLAR PRECIOS, RESPONSABILIZA AL CONSUMIDOR

La solución de Bruselas, por el momento, es limitarse a comprar el gas y el petróleo de Rusia para que Putin continúe financiando su guerra ilegal, así como responsabilizar también a los ciudadanos y exigirles que bajen la calefacción en pleno invierno. Entrar en la cuestión de fondo es otro cantar. Y es que, con o sin guerra, los precios se habían desbocado desde hace tiempo. De hecho, no son pocos quienes vaticinan que el IPC alcanzará próximamente los dos dígitos.

El Gobierno, además, podría bajar los impuestos, como el IVA, los peajes y otras tarifas. Reducir al máximo también sus ingresos en estos momentos de emergencia. Pero no, pese a obtener el mayor ingreso fiscal de la historia, con más de 200.000 millones de euros, no hay bajadas de impuestos ni a la luz ni a los carburantes. Cerca del 50% del pago de la factura energética en España va a parar a las arcas públicas. Pero no hay actuación ni movimientos en este sentido. Directamente, el Gobierno pasa de tomar estas medidas. Eso sí, prefiere continuar con la vorágine del gasto público y endosar más de 20.300 millones al Ministerio de Igualdad.

El visionario Sánchez no sólo ha culpado a Putin de estos elevados precios, sino que además afirmó que el presidente ruso llevaba «más de unos meses preparando la guerra en Ucrania». Aún sabiéndolo no ha tomado medidas ni Bruselas tampoco, ni advirtió a los españoles afincados en Ucrania, cosa que no ha hecho hasta el último momento. Un nuevo gesto de irresponsabilidad si lo sabía, o de un necio que busca culpar a otros de su propia ineficacia.

EL IPC CON PEDRO SÁNCHEZ ALCANZA SU NIVEL MÁS ALTO DESDE 1986

Con todo, los precios en este mes de febrero han alcanzado cotas históricas. Los niveles de precios no alcanzaban las cifras del 7,6% desde 1986, cuando en España gobernaba el PSOE de Felipe González. Los datos del Instituto Nacional de Estadística, además, corrige al alza la cifra de hace apenas dos semanas, aunque en sólo dos décimas. Estos precios, por tanto, no recogen el impacto de la invasión ni las sanciones impuestas por Occidente a Rusia, y viceversa.

La electricidad se ha disparado un 80,5%, los combustibles, en más de un 25% en el caso de la gasolina y en más de un 28% en el del diésel. Este mes de febrero, además, ha registrado el mayor precio de la luz registrado hasta entonces, superado después por las primeras semanas de marzo.

EL ACEITE DE OLIVA, EL RECLAMO DE LOS SUPERMERCADOS, DISPARADO

A un ritmo fuerte y sin pausa, la escalada de precios ha disparado en más de un 30% el precio del aceite de oliva; mientras que el aceite de girasol se ha situado con un alza del 32,2%. Pastas, como los macarrones, suben más de un 20%, mientras que la harina y otros cereales se apuntan un incremento del 11,7%. Alimentos de primera necesidad, como los destinados a los bebés, hacen aún más larga la cuesta de enero. Su aumento es del 10,5%, más que la carne (9,5%), el arroz (9,4%), la leche (9,3%) o el café (8,2%). Todo ello en tasa anual

Con todo, lejos de reducir el IVA a la cesta de la compra, el Gobierno la mantiene también al 10% en algunos productos y al 21% en otros. No se eliminan impuestos.

Los datos también destrozan al relato del Gobierno. La inflación en febrero ha registrado su subida mensual más elevada desde el mismo mes de 1977, cuando empiezan los registros. Sin los precios de la electricidad y del gas, la inflación subyacente sube también, hasta el 3%.

UN IPC A DOS DÍGITOS CON PEDRO SÁNCHEZ

De cara al mes de marzo, con los precios de la luz desbocados y con una huelga indefinida del transporte -piquetes en las gasolineras incluidos-, los precios podrían incrementarse aún más. Los expertos consultados por este diario apuntan a tasas superiores al 10% en un período breve de tiempo.

Por el momento, los consumidores soportan picos de 700 euros en la luz, con una media media mensual de 545 euros en el mercado mayorista. Los carburantes, por su parte, rondan ya los dos euros por litro. Y como no podía ser de otra forma, las previsiones del Gobierno son mero papel mojado. Calviño y Sánchez deberán modificar por completo sus previsiones el próximo mes de abril y lo que hasta ahora era recuperación podría llamarse estanflación próximamente.