domingo, 5 mayo 2024

El inicio de la construcción de las fragatas F-110, pendiente de la agenda de Sanchez

A la espera de que el interés mediático del presidente del Gobierno fije la fecha, y tras años de retrasos debidos a la falta de financiación, en la factoría de la empresa Navantia sita en Ferrol (La Coruña) está todo listo para iniciar la construcción de la primera fragata del tipo F-110, mediante el acto del corte de chapa.

La Armada lleva años esperando la puesta en marcha de este programa, que renovará su sistema naval básico, el de los navíos de escolta, mediante la construcción de la anunciada primera  de las fragatas de tipo F-110, la “Almirante Bonifaz”, y posteriormente de sus cuatro “hermanas”.

El corte de chapa, para construir los bloques que componen los navíos, es el hito oficial que pone en marcha la construcción física del navío, tras años de trabajos en el diseño. Así dicha ceremonia que estaba prevista inicialmente por parte de Navantia para el día 25 de marzo,  con asistencia de la ministra de Defensa, fue adelantada para el día 23 para que el presidente Pedro Sánchez pudiera encabezarla, aunque acabamos de saber que en dicha jornada el político socialista estará en Ceuta y Melilla, por lo que su materialización queda al arbitrio de la agenda de éste.

Sanchez no quiere perder lógicamente la baza de presidir la puesta en marcha de este vital programa para la defensa española, que fue aprobado por su ejecutivo en el Consejo de Ministros del 29 de marzo de 2019 por un valor estimado de 4.317 millones de euros. La decisión se realizaba tras años de retraso por la falta de financiación por la crisis económica que tanto afectó a los presupuestos de Defensa, y ya a finales de dicha década por la falta de decisión del anterior ejecutivo presidido por Rajoy.  Y es que el inicio de la construcción de estos navíos no solo es vital para la Armada española, sino que además industrialmente la puesta en marcha de las fragatas F-110 será vital para reafirmar la posición de liderazgo tecnológico de Navantia en el mercado internacional de ventas de navíos de escolta. A la hora de cerrar la exportación de un buque de combate es muy importante, cuasi decisivo, que el comprador los pueda ver in situ, o mejor operativos, como será el caso de las fragatas F-110 a partir de 2027, que será cuando la Armada reciba la referida “Almirante Bonifaz”, que recuerda el nombre del marino que con su flota apoyo la reconquista de Sevilla en el ya lejano año de 1248 .

Además económica y laboralmente el programa generará 9.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos durante 10 años, según afirmó la ministra de Defensa durante la visita que realizó al citado astillero gallego el pasado 11 de marzo.

El programa de las F-110 que se extenderá hasta 2031 va a ser el tractor en el astillero de Ferrol del Plan de Transformación Digital de Navantia, que busca mejorar los procesos y herramientas de construcción naval.  El objetivo del proyecto es optimizar las operaciones gracias al empleo de tecnologías como inteligencia artificial, modelado y simulación, big data, internet de las cosas, robótica industrial, impresión 3D, nube, realidad virtual y aumentada, nuevas plataformas digitales, ciberseguridad,… un total de 14 tecnologías habilitadoras para que los activos físicos y las personas estén conectadas a sus gemelos digitales de manera inteligente.

Con estos navíos la Armada modernizará su capacidad para ejercer el control en las aguas de soberanía nacional o de interés nacional, además la dará una excelente baza para la aportación española a sus alianzas transnacionales que se sustancia en las habituales asignaciones de navíos a las flotas permanentes de escoltas de la OTAN.

Las nuevas fragatas serán unos navíos muy polivalentes, ya que darán múltiples capacidades como las  de: vigilar zonas de interés, apoyar con el fuego de sus armas acciones anfibias, ejercer el control del mar negando a los submarinos su presencia en un área determinada mediante sus modernas capacidades de Anti-Submarine Warfare (ASW). Aunque también tendrá buenas capacidades para la lucha antiaérea y antibuque, o  como se definirían en el marco de la OTAN e internacionalmente en inglés: Anti-Aircraft Warfare (AAW) y Anti-Surface Warfare (ASW), respectivamente.     

Las F-110 son el mejor exponente de las sinergias que la industria de defensa española puede conseguir trabajando en conjunto con la Armada, contando con los necesarios recursos para desarrollar los más avanzados equipos.

Ya cara a la mitad del siglo, el diseño y construcción de estas naves será el catalizador de proyección de futuro en el ámbito naval militar, no sólo porque estarán en servicio hasta más allá de los años cincuenta sino porque su llegada apuntalará las tecnologías para abordar proyectos de la siguiente generación de navíos de escoltas de la Armada, que se definirán como las F-120, que serán imprescindibles más pronto que tarde en el camino ya establecido que requerirá reemplazar a las actuales F-100.

También, cara a su prevista larga carrera operacional se prevé la reserva de espacio para instalar nuevas tecnologías armamentísticas como las de energía dirigida.