¿Alguna vez te has preguntado por qué te gustan unas comidas y otras no? ¿Por qué tenemos preferencia por un bollo de chocolate antes que un plato de lentejas? Nuestros gustos están influidos por diferentes factores, como la cultura, el entorno, la educación, factores psicológicos y por supuesto, psicológicos. Porque, sí, parte de lo que nos gusta comer está escrito en nuestros genes. Igual que ocurre con la personalidad o la salud, el gusto en la alimentación también está determinado por una mezcla entre genética y ambiente.
4NACEMOS CON UN NÚMERO DE RECEPTORES

Según el científico Russell Keast de la escuela del área de Ciencias del Ejercicio y Nutrición en la Universidad de Deakin, el placer o disgusto por los diferentes alimentos depende en gran medida del número y el tipo de receptores del gusto con que cada persona nace. Los receptores están agrupados en las papilas gustativas de la lengua y reaccionan para reconocer alimentos dulces, salados, amargos o agrios. Algunas personas tienen más receptores y detectan sustancias químicas de los alimentos, y por eso algunas comidas les pueden resultar más intensas. Por ejemplo, hay personas que perciben el brócoli como una verdura amarga, algo que está relacionado con un receptor en particular.