Ignacio Aguado ha tardado, pero al final ha conseguido tomar la decisión acertada. Tras varios años militando en Ciudadanos y contribuyendo de forma activa a la actual deriva de la formación naranja, el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid ha decidido romper su carnet de afiliado. Según él, lo hace porque no está de acuerdo con el rumbo y la actitud que ha tomado Inés Arrimadas, actual presidenta del partido. Pero sea como sea, lo cierto es que por primera vez en años Aguado ha tomado la decisión acertada, aunque haya sido a la vejez viruelas.
Ignacio Aguado es uno de los dirigentes más conocidos de Ciudadanos. Fueron sus decisiones las que, con su característico criterio, marcaron el rumbo de la formación naranja desde que Aguado pisó moqueta. Una de las más recordadas por los suyos fue la de intentar sacar adelante una moción de censura con la ayuda del PSOE para desbancar del poder a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de quien era vicepresidente. En este caso, la líder popular decidió adelantar las elecciones y humillar a nivel electoral a Aguado, pero el exvicepresidente autonómico tiene más gestas dignas de recordar ahora que por fin ha tomado una decisión acertada.
Aguado asegura que deja Ciudadanos por la «huída hacia delante» de Inés Arrimadas. Es curiosa esta declaración dado que parece que el ahora emprendedor (por decir algo) cree que su salida del partido podrá influir en el criterio de algunos de los militantes. Y aunque esto sea un disparate, la verdad es que en la formación naranja aplauden la decisión de Ignacio.
Aguado asegura que deja Ciudadanos por la «huída hacia delante» de Inés Arrimadas
Aún así, Aguado no se ha quedado tranquilo en el burladero. Tras montar una empresa llamada Jastag que tras dos años ha conseguido llegar a los 130 seguidores, Aguado ha compatibilizado su tiempo con los intentos de torpedear la refundación de Ciudadanos. No es ningún secreto que el excandidato de Ciudadanos a la Comunidad se siente «despreciado» y «defenestrado» por los suyos y en especial por Inés Arrimadas, por no hablar de que también considera que la presidenta de la formación naranja le traicionó al dejarle asumir todo el marrón de la moción de censura y el posterior adelanto electoral. El que Aguado haya dejado Ciudadanos no es una decisión tomada para alejarse de la política, sino que tiene como objetivo ser la luz que guíe a los militantes indecisos que aún queden en el partido naranja.
A la vejez viruelas, Aguado ha tomado por primera vez en años una decisión acertada. Ni siquiera Jastag parece haber impulsado el perfil empresarial y emprendedor de Ignacio. Todos los exdirigentes de Ciudadanos de la Comunidad de Madrid se han reciclado montando empresas de asesoramiento en asuntos públicos o de imagen, pero los clientes no tienen muy claro si son los consejeros naranjas, esos que salieron por la puerta de atrás tras el adelanto electoral de Ayuso, los más apropiados para recomendar qué pasos debe seguir alguien para triunfar.
Ignacio Aguado es rencoroso. Lleva meses urdiendo la forma de dejar aún más tocada a Inés Arrimadas. No confía en que, al igual que él, sea capaz ella sola de hundir su candidatura. Los intentos de boicot a la refundación de Ciudadanos se han visto no solo por parte del exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, sino que otros miembros de Ciudadanos han intentado hacer lo mismo, aunque con poco éxito. El primero de ellos ha sido Toni Cantó, uno de los tránsfugas con más partidos a sus espaldas.