La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz le está poniendo el plomo en el ala al Gobierno de Pedro Sánchez, que comenzó el nuevo curso político muy mal posicionado en las encuestas, y que se enfrentará el próximo año a las elecciones autonómicas y municipales con una clara desventaja frente al principal partido de la oposición, el Partido Popular.
Para la ministra gallega el panorama es mucho más claro, como buena socialista ella ha aprendido que si divide vencerá y en este momento trabaja en función de sacar adelante su proyecto político personal, con la marca SUMAR, con el que quiere capitalizar el descontento de la izquierda y la centro-izquierda de toda España, a su favor y es por ello que ha decidido iniciar este nuevo curso político levantando polvo con la propuesta de ponerle tope al precio de los alimentos, con la promesa de que esto ayudará a frenar la inflación que se ha disparado a cifras que no se veían en el país desde hace más de 37 años.
La propuesta de Yolanda Díaz ha desatado el descontento entre los ministros socialistas más «ligth» que tiene Pedro Sánchez dentro de su Gobierno, que no están para nada de acuerdo con la idea de poner tope al precio de los alimentos, pues argumentan que en España existe el libre mercado y que esas políticas populistas solo generan más problemas, como la escasez y el desabastecimiento.
Una de las primeras que alzó la voz contra la propuesta de Díaz ha sido Margarita Robles, la ministra de Defensa, que aprovechó una entrevista para lanzarle las puntas claras a la gallega. Robles fue enfática al decir que primero, ese tema de estar poniendo tope al precio de los alimentos no es competencia de la ministra de Trabajo, y en segundo lugar le dijo claramente que la propuesta solo la había lanzado con el propósito de quedar bien con las personas, porque Robles sabe que Yolanda Díaz está en campaña y que se perfila como la candidata de la izquierda para las elecciones generales.
En el más reciente evento de su plataforma SUMAR, que hizo el fin de semana en Bilbao, la ministra de Trabajo dijo claramente que no le interesaban las críticas de sus compañeros de gabinete y dijo que en cambio todo el Gobierno debería estar trabajando en tratar de bajar los precios de los alimentos, que según ella, es uno de los principales problemas que tiene los españoles hoy en día.
Otro que saltó contra la segunda vicepresidenta fue el ministro Luis Planas, que está al frente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, quien dijo que eso de fijar precios mínimos en bienes y productos no era «deseable» y también dejó muy claro que la propuesta lanzada por Díaz es una invasión de competencias.
Otros miembros del gabinete han sido un poco más parcos en su respuesta ante la alternativa planteada por Yolanda Díaz y el único que a salido con ella a dar la cara es el ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien estuvo con ella la semana pasada en el encuentro que sostuvieron con la cadena Carrefour, que decidió tomarle la palabra a la ministra socialista y elaborar una «canasta solidaria» con 30 productos que será vendida a 30 euros desde este 12 de septiembre y hasta el próximo 8 de enero, de acuerdo con lo que anunciaron la semana pasada.
Por cierto, los ciudadanos no han estado del todo conforme con la iniciativa de Carrefour y se volcaron a las redes sociales a manifestar su rechazo ante estas cestas, que han comparado con las cajas de alimentos de mala calidad que regímenes como el venezolano y el cubano venden a sus ciudadanos.
La ministra Isabel Rodríguez fue más política y sacó su lado más ligth del socialismo que profesa, pues aseguró que la propuesta de Yolanda Díaz es una medida «bien recibida», pero no valoró si sería positiva o negativa para la economía española.
Mientras los socialistas le hacen el feo a Díaz, ella sigue en campaña, tratando de llevar sus propuestas a cuanta tribuna puede y tras haber recibido las quejas de los pequeños comerciantes, ahora salió a decirle a los españoles que hay que comprar en las tiendas de barrio, como lo hace ella, según dijo; todo esto después de haberse reunido con los grandes empresarios del sector a quienes ha vendido la película de que deben topar los precios de los alimentos y sacrificar sus ganancias y después de haber ganado a Carrefour con la idea de la polémica «cesta solidaria» de los 30 euros.
Díaz está dinamitando al Gobierno de Pedro Sánchez con sus propuestas impopulares y populistas que seguramente le pasarán factura en los próximos meses, porque si algo tienen claro los españoles en que esas políticas socialistas copiadas de regímenes que han fracasado en otros países en España tampoco calarán y será allí donde ella capitalice a su favor el descontento y pretenda darle forma a su organización SUMAR.