domingo, 5 mayo 2024

Las claves de la renovación de los aviones “navales” del Ejército del Aire y del Espacio

Tanto en el ámbito de la defensa como en la acción del Estado en el mar, los medios aéreos que se emplean en España han estado principalmente operados por el Ejército del Aire y del Espacio. Ahora, tras la baja del último avión P-3M de ésta y fase final de la vida operativa de su  flota de D4, se acaba de confirmar que en 2023 se encargaran sus sustitutos, basados en el Airbus C295.

Durante las recientes jornadas de prensa convocadas por Airbus Defence & Space (DS), se ha confirmado la puesta en marcha del programa para volver a recuperar en unos años las capacidades perdidas en el este vital campo de la patrulla marítima/antisubmarina o Maritime Patrol Aircraft (MPA) Antisubmarine Warfare (ASW). Así mismo en paralelo se firmará la renovación de los aviones con el rol de Vigilancia Marítima (VIGMA), menos complejo, pero no menos imprescindible para un país que es una península, con dos archipiélagos, que suman un total de 8.000 kilómetros de costa.

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Uno de los veteranos D.4, que es la adpatación al rol VIGMA del CN235. (Foto Julio M.Gutíerrez)

Así la multinacional europea aeroespacial Airbus DS ha mostrado por primera vez imágenes digitales de como serán las versiones de sus aviones C295 adaptadas a dichos roles MPA/ASW y VIGMA, con los que se reemplazarán tanto a los míticos aviones Lockheed P-3M Orión, ya retirados del servicio, como a los D4, que es la versión de dicho rol del transporte Airbus/Nurtanio CN235, que están al final de su vida operativa. La compañía ha presentado estos dos aviones en el encuentro anual con la prensa especializada realizado este año en sus plantas de Getafe (Madrid) y Albacete.

Siempre, según la empresa se espera cerrar los contratos para construir de cuatro MPA/ASW y diez VIGMA, durante el primer trimestre del próximo año, ya que se estarían ultimando los detalles con la oficina que suma ambos programa, que se encuadra en la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y su futuro usuario, el Ejército del Aire y el Espacio, después de años de negociaciones.  

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Airbus DS tiene larga experiencia con los C295 MPA, aquí vemos uno de los vendidos a Oman. (Foto Julio M. Gutiérrez)

A finales de este año han dejado de operar el último P-3M que estaba asignado al Grupo 22 del Ala 11, que tiene sede en la base aérea de Morón (Sevilla), tras casi 50 años de operaciones del Orión en el seno primero del Ministerio del Aire y posteriormente en el Ejército del Aire, que este año añadía la terminología del Espacio. La perdida de la capacidad de ASW con aviones de ala fija, durante bastantes años, hasta que estén operativos los citados C295, es una de los grandes desastres propiezados por la falta de financiación adecuada a nuestras Fuerzas Armadas durante largos años. También desde el principio por la falta de recursos se descartó la  compra del Boeing P-8 Poseidón, que es el principal sucesor del P-3, que hubiera sido el medio más capacitado para las grandes necesidades de control marítimo que necesita el Ejército del Aire y del Espacio, tanto a nivel español como en las operaciones internacionales. Además se hubiera conseguido con el P-8  la interoperabilidad con los punteros aliados de la OTAN, que ya lo operan como son: Estados Unidos, Reino Unido, Noruega y pronto Alemania.

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Uno de los P-8A «Poseidón» de la Marina de los Estados Unidos. (Foto Julio M. Gutiérrez)

El P-8 es un avión grande y con una impresionante autonomía, y caro obviamente, pero sobre todo es el más capaz del mundo en este campo marítmo en su conjunto, de hecho su designación es la de avión multimisión o Multimission Maritime Aircraft (MMA), ya que a las capacidades MPA y ASW suma las de guerra de superficie o Anti Surface Warfare (ASuW), y sobre todo unas impresionantes posibilidades de captación de inteligencia, vigilancia y reconocimiento o  Intelligence, Surveillance and Reconnaissance (ISR), y de guerra electrónica,  que tanto necesita reforzar el Ejército del Aire y del Espacio. 

Volviendo al futuro C295MPA estará equipado con un moderno sistema de misión, basada en la última versión del desarrollo de Airbus DS denominado Fully Integrated Tactical System (FITS), así como sensores (radar y FLIR), sistema de auto protección contra misiles, y armamento (en la imagen distribuida se ve un torpedo ASW), etc.

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El C295 MPA incorpra múltiples sensores y equipos de autodefensa. (Foto Julio M. Gutiérrez)

El Ministerio de Defensa ya incluye 170 millones (del total de 580 del programa) en sus presupuestos para 2023 para el desarrollo y compra de los C295 MPA/ASW. La intención es que tenga también capacidades ASuW y ISR, aunque sean menores que las del P-8, así por ejemplo su armamento ofensivo va sito en el exterior en punto duros bajos las alas, mientras que el avión americano lo lleva en una bodega interior que evita los problemas de congelación, que ante la necesidad de emplearlo afecta su capacidad de volar más alto y por tanto de su autonomía de vuelo.  Airbus tiene la experiencia de construir dos C295 con capacidad ASW para la Armada de Chile a finales de la primera década del siglo, por lo que lógicamente se ha debido actualizar mucho el diseño dadas los altos avances tecnológicos desarrollados en este campo.

Respecto a la variante VIGMA, está mucho más definida la versión, siendo muy similar a las encargadas por otros clientes, como sería la pedida por la República de Irlanda, a punto de ser entregada en la factoría de San Pablo (Sevilla), donde serán construidas ambas versiones. Con estos 10 VIGMA se sustituirán 8 antiguos D.4, que eran a su vez transformaciones de antiguos transportes CN235, que entraron en servicio entre 1991 y 1993.  En este caso, se cuenta con una partida de 153 millones para 2023, siendo el presupuesto total de 560 millones, lo que da idea del coste de los sensores y equipos que llevaran los MPA/ISR.