Un emperador romano desafió al mar.

El autor de este dato curioso fue el emperador Cayo Julio César Augusto Germánico, conocido por todos como Calígula. El emperador desafió al Dios de los Mares y para ello ordenó a sus soldados que apuñalaran las aguas del mar. 

Después de la batalla, Calígula como monumento a su éxito, construyó un faro. Para que los soldados batallaran les prometió una recompensa de 100 denarios a cada uno.