Consejos para superar el miedo a hablar en público

Un profesional se enfrenta a una cita importante que le obliga a hablar en público, el pánico lo invade todo. Le tiembla el cuerpo, las manos y hasta las palabras: sudores, fríos, ansiedad, ganas de salir corriendo…y no descarta marearse. La buena noticia es que tiene remedio, la mala…todo lo demás. El miedo a hablar en público limita el crecimiento profesional y, por descontado, merman la autoestima de millones de personas.

Según las encuestas, el mayor miedo (lo padece el 75 % de la población mundial) es hablar en público, el segundo, la muerte. La lectura está clara: si se tiene que ir a un entierro, será mejor que se haga en un ataúd a tener que ser el encargado de hablar en el funeral… Ahora en serio, eso que ocurre es muy habitual, y tiene nombre: la glosofobia. Se puede manifestar en distintos grados, desde leve a muy aguda. Se puede decir casi con certeza que mucha gente lo sufre, ya que más del 75 % de las personas encuestadas a nivel mundial, afirma padecerlo.

Jesús Ripoll, cofundador de Helpers Speakers, una de las mejores agencias de conferenciantes y formación en “hablar en público con éxito”, explica la importancia de hablar bien en público. Se vive en un mundo cada vez más competitivo por lo que hay que estar más “equipados” que nunca para aprovechar las oportunidades, ya que pueden tardar en volver a presentarse o no hacerlo nunca más.

La forma en que uno se expresa es su tarjeta de presentación y supone una herramienta imprescindible en el día a día. Un buen comunicador transmite credibilidad y confianza, dos factores estratégicos para ganarse el respeto en el trabajo o en cualquier entorno.

Aprender a hablar en público es, probablemente, uno de los aprendizajes que más satisfacciones va a dar y más posibilidades brindará. Cuando uno se sabe expresar, componer acertadamente el mensaje que se quiere decir, cuando se sabe estructurar sus ideas y no irse por las ramas y las expresas con convicción, con tempo, vocalizando correctamente, entonando, usando la pausa correctamente, se tendrá la atención de los que escuchan. Y muchas veces tener la atención de la persona o del grupo que interesa es lo único que se necesita.

Hoy en día, la mayoría de las formaciones se centran en adquirir conocimientos técnicos, másteres, postgrados, … y un sin fin de cursos de capacitación para ser más competitivos y sobrevivir en la despiadada selva laboral. Es sorprendente cómo se descuida el campo de la oratoria, el hablar profesionalmente en público.

Realmente de la frase “hablar en público”, la mayoría no tienen problema con la primera palabra, pero sí con las otras dos… Se está de acuerdo en que hablar en público no es lo mismo que hablar en privado. Para ser honestos, entre ambas situaciones dista un abismo. La seguridad que brinda un entorno familiar y de confianza varía completamente las reglas del juego, la mayoría son dos personas completamente distintas en público o en privado.

Raquel S. Armán, cofundadora de Helpers Speakers, explica como su Escuela de Conferenciantes, con cursos de oratoria, técnicas actorales, PNL, superación del miedo escénico… ayuda a profesionales de todos los ámbitos, ejecutivos, vendedores, actores, emprendedores a superar ese miedo y a hablar y presentar las ideas o proyectos de manera que sus alumnos consigan lo que se propongan.

En su reputada “Escuela de Speakers”, cuentan como formador principal con Iñigo Saénz de Urturi, con 17 años de experiencia formando en “protocolo y hablar en público” a altos directivos, políticos, actores, vendedores y conferenciantes. Ingeniero de formación, director comercial con amplia experiencia y mago profesional. Ha ganado concursos nacionales e internacionales de magia y oratoria. Emprendedor y conferenciante profesional, como formador de alto impacto se ha formado varias veces con el conocido Tony Robbins, entre otros. Formador en protocolo de empresa y política. Iñigo es merecidamente conocido como “el mago de la comunicación”.

La primera lección es gratis: no es lo mismo hablar que comunicar. Hace falta método, foco, entrenamiento y constancia.

Eso sí, todos deben tener claro que no hay un ascensor para ser un conferenciante de éxito. Hay que coger las escaleras. Hablar en público es una competencia que se aprende y mejora con la práctica. Además, se trata de un campo aún por profesionalizar, porque abundan personas que saben cómo, pero no qué y profesionales que saben qué, pero no cómo.

La recomendación de los profesionales de la oratoria para todos los que quieran dejar de ser uno más en la gran masa gris de profesionales que no logran destacar, se ahogan en un vaso de tila, se pierden leyendo las interminables notas y diapositivas y se excede 20 minutos de su tiempo, es que dejen de poner excusas que no les harán progresar y comiencen con su formación de la mano de los mejores profesionales que puedan permitirse. Y entre los mejores, por supuesto, está la “Escuela de Helpers Speakers”.

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