El pulpo, un manjar delicioso y emblemático de la gastronomía española, se ha convertido en una exquisitez que todos deberíamos probar al menos una vez en la vida, especialmente si visitamos la hermosa región de Galicia. En Galicia, las pulperías son lugares mágicos donde la tradición se une con el sabor y la destreza de los pulpeiros, expertos en preparar este cefalópodo con maestría. Alzando sus caldeiros de cobre, sumergen el pulpo y lo cocinan hasta alcanzar el punto perfecto de ternura. ¿Cuál es su secreto?
Hemos descubierto el truco infalible que garantiza obtener un pulpo exquisito y tierno sin tanto esfuerzo. ¿La clave? Comprarlo congelado. Aunque pueda parecer sorprendente, esta técnica evita la necesidad de machacar el pulpo y nos asegura que no quede duro como una piedra. En este artículo, te desvelaremos todos los pasos para cocerlo como un auténtico pulpeiro gallego. Desde la elección del pulpo adecuado hasta el momento exacto en que debes retirarlo del fuego, te guiaremos para que logres una cocción impecable y deliciosa.
1Congelar el pulpo para obtener una textura tierna y exquisita
La técnica de ablandar el pulpo es esencial para lograr una textura tierna y deliciosa en este manjar culinario. Tradicionalmente, se solía golpear contra una piedra para ablandarlo antes de cocinarlo, pero afortunadamente, congelarlo también produce excelentes resultados en términos de suavidad y ternura.
Si lo prefieres comprar fresco, simplemente lo congelas para obtener el mismo efecto. El proceso es sencillo: lo sacamos del congelador con un día de antelación y lo dejamos descongelar en el frigorífico. Es importante utilizar una cazuela o un bol grande para contener el líquido que va a soltar durante este proceso, evitando posibles desbordamientos. Antes de cocinarlo, es recomendable pasar el pulpo por agua fría para eliminar cualquier impureza que pueda tener.