Pedro Sánchez ha reivindicado este domingo con cerca de 9.000 militantes socialistas el papel que las Casas del Pueblo desempeñan y agradecer a la militancia su compromiso. Con el tono habitual de sus discursos para intentar convencer a propios y extraños, aseguró que pese a la polémica surgida en torno a la amnistía «España no se va a romper». Fue un baño de multitudes entre los suyos en una especie de desagravio ante tantos insultos por parte de PP y Vox.
Con su tono de convencimiento habitual, Sánchez aseguró a los suyos que «la amnistía va a beneficiar hasta a aquellos que se movilizan contra ella porque van a vivir en un país más unido que nunca». Ha vuelto a defender la amnistía para los encausados por el procés explicando que «llegará un día, no tardarán muchos años, que un dirigente socialista también pueda decir con la misma fuerza que lo he dicho yo: bajo un Gobierno de Pedro Sánchez se aprobó una ley de amnistía que abrió la puerta a la estabilidad, a la estabilización, a la convivencia en Cataluña y a una España mejor». Era su forma de cerrar filas con su militancia después de arreciar las críticas por parte de los partidos de la oposición, y también las amargas palabras de algunos históricos militantes socialistas.
Arropado por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y todos los ministros del Gobierno, Sánchez alardeó ante los suyos de que no va a ser ni Trump, Bolsonaro, Milei, Feijóo o Abascal los que gobiernen en España, sino que va a haber «cuatro años de gobierno progresista». Y tras este punto de partida, el presidente del Gobierno repasó el «mejor momento social y económico» que vive el país. Era una forma de congraciarse y agradecer a la militancia ante los «momentos difíciles» que está viviendo el partido. Sus críticas se dirigieron a los partidos de la oposición, y defendió que «los grandes cambios solo se acometen con la amnistía».
SANCHEZ, ARROPADO POR ZAPATERO, CRISTINA NARBONA Y TODOS LOS MINISTROS SOCIALISTAS
Antes de su intervención, Sánchez solo escuchó palabras de elogio de los suyos. La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, puso en valor que «los socialistas seguimos escribiendo el futuro de España en el BOE» gracias a los cuatro años que tienen por delante de Gobierno. Pero el más férreo defensor de Sánchez fue el expresidente Zapatero, quien destacó que la amnistía es una norma «trascendente» que «mira al futuro». Una ley con la que «España se va a unir más con Cataluña y Cataluña entre sí».
Zapatero también ha lamentado la actitud del PP sobre esta ley, destacando que todo lo que al PP «no le gusta es inconstitucional», recordando, en este sentido, cuestiones como el matrimonio homosexual o el aborto.
En el acto estuvieron presentes todos las vicepresidentas y ministros socialistas, desde Nadia Calviño hasta llegar al superministro Félix Bolaños. Todos aplaudieron a rabiar al presidente del Gobierno y los cuatro años que tienen por delante para gobernar.
Tras la amnistía otro de los aspectos más aplaudidos a Sánchez por su militancia es su última intervención en Israel y Palestina. Zapatero alabó su «valentía» por decir de forma clara su opinión sobre la guerra en Gaza. El expresidente del Gobierno, en este sentido, recordó cuando a él le acusaron de terrorismo cuando retiró las tropas españolas de Iraq.
SÁNCHEZ ASEGURA QUE CRÍTICAR LAS MUERTES EN ISRAEL Y PALESTINA NO SON UNA CUESTIÓN DE PARTIDOS O IDEOLOGÍAS SINO DE «HUMANIDAD»
Zapatero también recordó que el PSOE siempre se ha pronunciado «en favor de las soluciones pacíficas a los conflictos de cualquier naturaleza» y ha tirado de Irak para asegurar que en aquel entonces «llevaban razón como tú la llevas ahora». Por esto, el viaje de Sánchez a Israel y Palestina «dejará otra de las buenas huellas del Partido Socialista».
Sánchez explicó sobre su reciente viaje que las críticas que está recibiendo no tienen «fundamento», y subrayó que él condena tantos los «atentados terroristas de Hamás», que es «una banda terrorista», como «la muerte de civiles palestinos», porque condenar esas muertes atroces «no es una cuestión de partidos ni ideologías, sino de humanidad».
De esta forma respondía a las críticas del PP, que le acusan de acudir a un país en guerra para «generar discordia», palabras sobre las que Sánchez ha asegurado que va a exigir al PP que se ponga de parte de los derechos humanos, que es lo que se defiende desde el Gobierno de España. Feijóo este mismo domingo y mientras se celebraba el acto socialista en el Ifema de Madrid, ha criticado que Sánchez haya abierto una crisis internacional con Israel y tomar decisiones que debían haber sido consultadas a todos los partidos.
Estas últimas declaraciones obedecen a su visita a Oriente Próximo, que concluyó el viernes con un enfrentamiento diplomático entre Israel con España y Bélgica. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reprochó al jefe del Gobierno español y al primer ministro belga, Alexander De Croo, que no condenaran los «crímenes contra la humanidad» de Hamás, aunque ambos lo venían haciendo desde el 7 de octubre que tuvieron lugar los atentados de Hamas. Pero también sus protestas se han dirigido a las masacres que Israel está realizando en la franja de Gaza.
