Sánchez se inventa «excusas» para usar el Falcon en actos del partido

Pedro Sánchez y Falcon van inseparables de la mano, para indignación y enfado de muchos, entre ciudadanos, algunos medios de comunicación y partidos de la oposición. La lista de uso inadecuado, innecesario o excesivo del Falcon por parte del presidente del Gobierno es amplísima. Sigue creciendo, porque se sumó este pasado domingo un nuevo uso, el que sería el séptimo en tan sólo mes y medio.

El motivo fue acudir al congreso de los socialistas catalanes, es decir, un viaje de partido y no oficial de su cargo como presidente. Una vez más el PSOE y Sánchez tiraron de coartada, con la ya conocida ‘declaración institucional’ previa, en este caso desde la Delegación del Gobierno en Barcelona, que haría convertir una cosa en la otra y así venir a cuento, en teoría, el uso del Falcon.

Sin embargo, a nadie se le escapa el uso del avión oficial para acudir a actos de partido, o incluso, como en otras ocasiones, para traslados personales y familiares. Por supuesto, el PP, Vox y Ciudadanos no tardaron en criticar la abusiva utilización del Falcon para fines que no son los estipulados o los éticamente aceptables.

CON SÁNCHEZ EL FALCON NO PARA

Desde luego el Falcon hace kilómetros y su uso no parece afectar a lo que en principio tanto preocupa al Ejecutivo en general y Sánchez en particular: la contaminación y el medio ambiente. Eso sin contar el coste que conlleva, siempre a cargo de los Presupuestos Generales. Recordemos que también suele hacer uso de otro aparato del Ejército del Aire, el helicóptero Superpuma, para trayectos más cortos y para llevar al presidente desde su ubicación hasta el Falcon, precisamente. Es lo que ocurrió también este domingo, con lo que la utilización fue doble.

el gobierno nunca especifica ni desgloa el coste

Y es que este helicóptero acostumbra a llevar a Sánchez desde Moncloa hasta Torrejón de Ardoz, donde le espera el Falcon; y al regreso, lo hace a la inversa. Por supuesto, el Gobierno nunca especifica ni desglosa el coste de todo el proceso y la logística, ni por viaje ni menos el global de todos los que ha hecho hasta ahora, que han sido muchos. Se agarra siempre a la materia reservada por motivos de seguridad.

895481 Moncloa

UN MES Y MEDIO DE ALTOS… Y CONTINUOS VUELOS

El historia de Sánchez y el Falcon o el Superpuma es extenso, pero en el último mes y medio ha sido especialmente intenso, si bien no es una excepción respecto a otros tramos pasados. Comienza un 7 noviembre con un viaje a Málaga y una vez más cubrieron una cita de partido (el congreso del PSOE andaluz en Torremolinos) con una excusa institucional para hacerlo oficial, en este caso visitando el centro de I+D+i de Vodafone en la capital malagueña.

Una semana después iba a Levante, concretamente a Benidorm, con la coartada de un encuentro con el sector turístico en la zona. Realmente su objetivo era el congreso de los socialistas valencianos celebrada en la ciudad turística por excelencia.

Seguía el ritmo semanal, esta vez con un traslado doble, el 20 y 21 de noviembre. Volvía a visitar La Palma por séptima vez pero de nuevo el motivo real no era ver la situación de la isla sino acudir al congreso de los socialistas canarios del día 20. Al día siguiente se iba con al Falcon a Bilbao para la clausura del congreso de los socialistas vascos, y si, lo «vistió» de oficial, de nuevo con una breve parada a un laboratorio farmacéutico.

Los últimos viajes de Sánchez en el Falcon antes de su visita de este pasado domingo fue el 5 diciembre a Murcia y el 8 de diciembre a Santiago de Compostela. Como no, en ambos acudía a los correspondientes congresos socialistas regionales, y como no, se «cubría» con visitas «institucionales» a una cooperativa agraria y una empresa maderera, respectivamente.

LA RESPUESTAS DE LOS INTERNAUTAS

La noticia la colgaba uno de los tuiteros con un mensaje claro y comparativo: «En EEUU es ilegal que el Presidente use (gratis) el avión oficial para ir a actos del partido. Puede elegir entre que el partido pague las horas de vuelo o viajar en una aerolínea comercial. No entiendo cómo los periodistas españoles no le preguntan TODOS los días por esto».

Los internautas no tardaron en contestar al tuit y sumarse a la indignación.

sánchez falcon

LA APUESTA ECOLÓGICA DE SÁNCHEZ NO VA CON ÉL

Es un momento perfecto para recordar el ‘Plan España 2050’, que recoge la prohibición de los trayectos en avión que tengan alternativa en tren, en duraciones inferiores a las dos horas y media. Con ello se pretende disminuir el impacto medioambiental del transporte aéreo. Sin embargo, parece que todo esto no va con Pedro Sánchez, que no parece dispuesto a servir de ejemplo y además, como vemos, no lo oculta.

Por ejemplo, entre sus numerosos viajes en Falcon, el caso de su viaje de Madrid a Toledo cumplía con todas las condiciones del plan 2050. Es más, la distancia se cubre en apenas 45 minutos en coche y 25 minutos en tren. Pero el presidente del Gobierno decidió sacrificar la ecología en pos de la rapidez y de la comodidad.

Fuentes gubernamentales explicaron entonces que tras el acto, Sánchez debía de emprender inmediatamente su viaje a Bruselas para participar con el resto de líderes europeos en una cumbre extraordinaria.

UNA «COSTUMBRE» DESDE EL PRINCIPIO DE SU MANDATO

A los pocos meses de su llegada a Moncloa en 2018, Pedro Sánchez ya recurrió al helicóptero, en este caso, para acudir a la boda de su cuñado en un pueblo de La Rioja. El escándalo estaba servido, pero tras este primer desliz, no parece que hizo mella en el presidente ni en su gabinete y continuó con sus rutinas viajeras a bordo del Falcon y del Superpuma. Cualquier ocasión laboral o personal ha sido buena para el presidente, así como para actos de campaña, como ocurrió en 2019.

También en las elecciones de abril y noviembre de 2019 Sánchez usó el avión Falcon hasta en 9 ocasiones de forma irregular para ir a mítines de campaña: Vigo, Málaga, León, Gijón… Ante la denuncia del PP, el PSOE recurrió ante la Junta Electoral Central y quedó demostrado que fue así. Supone un coste de 5.600 euros por hora de vuelo que va a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.