Los problemas de Compromís complican el camino ‘en solitario’ de Íñigo Errejón

Íñigo Errejón ha dicho por activa y por pasiva que quiere proseguir ‘en solitario’ el camino con Más País, al que corteja Yolanda Díaz con el ánimo de reagrupar las fuerzas que se unieron en torno a Podemos en las generales de 2016.

Pero lo cierto es que el proyecto errejonista ha sufrido un duro revés con la dimisión de Mónica Oltra, que era la principal estrella de la formación hermana estrella de la órbita de Más Madrid, la coalición valenciana Compromís.

CONTRATO SOCIAL

Yolanda Díaz ha iniciado lo que ella llama «un proceso de escucha» con el ánimo de que la izquierda transformadora remodele su contrato social tras formar parte del Gobierno de España por primera vez en ocho décadas.

Ione Belarra aguarda con cierto escepticismo el proceso y asegura que es la vicepresidenta la que «debe dar a los detalles los detalles sobre el proceso de escucha y los pasos que va dando. Y, por supuesto, es ella quien está tomando las decisiones. Nosotros las estamos respetando y acompañando«.

DE ALIADOS DE PODEMOS A YOLANDISTAS

Yolanda Díaz rompió el carnet de Izquierda Unida en el verano de 2019 por la postura de Alberto Garzón en favor de que Unidas Podemos posibilitase un Gobierno monocolor del PSOE sin que hubiese ministros morados.

Esta baja, síntoma de la cercanía pretérita entre Díaz y Pablo Iglesias, se ha quedado en anécdota porque la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se ha atrincherado junto a Izquierda Unida, el PCE y Catalunya en Comú, que apoyan Sumar sin fisuras.

La debacle de Por Andalucía y los audios que demuestran la guerra sucia que sufrió Pablo Iglesias han otorgado fuerza a Podemos, que también podría ganar una vida extra si Más País, tal y como es previsible, rechaza unirse a Sumar.

Sí que estará en el proyecto Izquierda Unida, que pide que se unan «Podemos, Más País, Compromís, Equo, Chunta Aragonesista, Comunes, Alianza Verde y otras organizaciones más modestas. Deberíamos ser capaces de entendernos en base a un programa común de mínimos, y esto podría permitir la construcción de un proceso que en vez de sumar fuese capaz de multiplicar y generar una nueva esperanza en la sociedad civil. Si la clase trabajadora cada vez es más diversa, la izquierda debe ser capaz de recoger esa diversidad, entendiéndola como una potencialidad».