La conocida deslealtad de Cayetana Álvarez de Toledo no le pasa factura

En el Partido Popular están conmocionados. Nadie se esperaba el giro que ha dado Génova con respecto a la diputada Cayetana Álvarez de Toledo. No ha respetado nunca la disciplina de partido. Se ha enfrentado constantemente con la cúpula del PP y siempre ha seguido la agenda que más le convenía. A pesar de este currículum de sobra conocido por todos, Cuca Gamarra, la secretaria general del Partido Popular, ha abierto la puerta a darle de nuevo cargos de peso en la formación conservadora. Esta decisión ha generado un fuerte malestar en el PP dado que entienden que no se puede premiar la deslealtad de Cayetana con más protagonismo. La mayoría de los populares entendían que tendría que haberse montado un partido por su cuenta o debería haberse marchado a una siglas que se adaptaran más a su discurso, pero Cayetana ha conseguido lo imposible.

Cayetana Álvarez de Toledo es de las pocas que se la ve entrar sola en los congresos. No tiene muchos amigos en el partido, más allá de sus asesores y la gente que depende de ella. Pero aún así y pese a no tener ningún tipo de lazo con Alberto Núñez Feijoo, la diputada tiene un tirón interno inexplicable que Cuca Gamarra quiere fagocitar y poner del lado del partido. Cayetana Álvarez de Toledo, de hecho, tiene poca afinidad con la forma de hacer política de Feijoo hasta el punto de que gente del Partido Popular asegura a MONCLOA.com que ha tildado al expresidente de la Xunta de ser un «segundo Rajoy» que seguirá, además, la doctrina de Pablo Casado.

Cuca Gamarra la quiere en su equipo porque entiende que Cayetana representa el ala dura del PP que tanta oposición interna hizo a Pablo Casado. El temor de que este ala aguirrista vaya a ponerse en pie de guerra contra el nuevo Partido Popular se ha extendido como la pólvora y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, entiende que es básico y fundamental llamar a filas a quienes mejor lo representan. Desde Génova, concretamente desde la planta séptima, tienen claro que el PP de Feijoo no está lo suficientemente unido. Y saben además que Cayetana se puede revolver igual que hizo previamente con Pablo Casado, momento en el que la figura del presidente del partido comenzó a hundirse a pasos agigantados. Cuca quiere evitar eso para Feijoo, aunque también sabe que el gallego solo tendrá una oportunidad electoral.

El PP ahora mismo es una federación

El PP ahora mismo es una federación. Desbancar a Casado sin un asunto grave de por medio no fue tarea fácil. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y su homólogo en Andalucía, Juan Manuel Moreno, tienen una agenda propia y funcionan con absoluta libertad. Esta autonomía de Madrid y Andalucía, las dos comunidades con más peso del PP, se debe a que Feijoo pactó previamente con ellos para echar a Pablo Casado. Ayuso exigió gestionar el Partido Popular de Madrid a su modo. Y Juanma Moreno pidió lo mismo. Con un sistema federal en el que nadie reconoce de facto la autoridad de Feijoo, tener el ala aguirrista descolgada supone, a ojos de Cuca Gamarra, un riesgo que no quieren asumir bajo ningún concepto. Por todo esto, el PP quiere dar a Cayetana alguna posición visible en la que dé guerra sin salirse de la sombra del presidente del partido.

LA GUERRA CONTRA VOX

A todo esto hay que añadirle la necesidad del PP de recuperar parte de los votantes que se han machado a Vox. La estrategia de Feijoo será exactamente idéntica a la que siguió Juanma Moreno en Andalucía. Dirá «no» a Santiago Abascal y se negará a toda costa a pactar nada con ellos. Aún así, y pese a que el discurso electoral del expresidente de la Xunta será centrado y moderado, lo cierto es que al PP le viene muy bien recuperar parte de ese electorado más radical que se ha marchado con Iván Espinosa de los Monteros. Cayetana Álvarez de Toledo es, para esta empresa, la mejor candidata a ojos de la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.

El problema es que la diputada del PP no goza del respeto de prácticamente ningún dirigente del partido más lejos de la Comunidad de Madrid. Con un escenario como este, Cuca entiende que es mejor combatir el fuego con fuego y prometer a Cayetana algo a futuro antes que enemistarse con el ala radical de la formación. Le darán más el micro en el Congreso y le pedirán que haga apariciones públicas para dar guerra al presidente del Gobierno con su habitual estilo. Pero también tendrán que cerrar las heridas que abra el hecho de dar galones a la diputada más desleal de todo el Partido Popular, tal y como la denominan más de uno en Génova 13.