Si alguien acudĂa hace un par de años a una reuniĂłn de las bases de la formaciĂłn morada y preguntaba sobre el futuro del partido, todos tenĂan claro quiĂ©n era la persona llamada a suceder al vicepresidente del Gobierno y lĂder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Aunque la decisiĂłn estuviera cargado de tintes peronistas, la pareja de Iglesias, la ministra de Igualdad, Irene Montero, era la favorita para encabezar la candidatura de la formaciĂłn morada. Sin embargo, su gris labor frente a un ministerio inventado y la debacle electoral que ha sufrido Podemos en las elecciones vascas y gallegas han cambiado las tornas. Y ahora, las sensaciones en las bases del partido claman por una renovaciĂłn del estilo de Iglesias. Algo que aleja a Montero de su siguiente salto polĂtico.
La labor de Montero frente a Igualdad no ha sido muy vistosa. Las competencias del ministerio pasan por fomentar el feminismo, algo que la ministra ha hecho a golpe de talonario. Pero el haber gastado millones de euros en plena pandemia para supuestos relacionados con la igualdad de gĂ©nero ha sido objeto de crĂtica. Destinar 600.000 euros pĂșblicos a mĂĄsteres universitarios sobre feminismo o hacer del «ecofeminismo» una prioridad «imprescindible» para un ministerio son decisiones que no han ayudado a aumentar la popularidad de Montero. Y se nota de cara a la valoraciĂłn de los ministros en las encuestas; pues segĂșn indica el Ășltimo barĂłmetro de ABC/GAD3, Montero es, junto a su pareja, la ministra peor valorada del Gobierno de coaliciĂłn.
A esto hay que añadirle el hecho de que Montero representa una lĂnea de continuidad respecto a su pareja. Una hipotĂ©tica candidatura de Montero para liderar Unidas Podemos lanza un mensaje de continuidad respecto a la estrategia polĂtica planteada por Iglesias, y esto es precisamente lo que han castigado los votantes de Podemos.
La formaciĂłn morada ha desaparecido del parlamento gallego y ha caĂdo mucho en las elecciones vascas (ha pasado de 11 escaños en 2016 a tan solo seis). Esto deja constancia de que el Podemos de Gobierno no seduce a sus votantes. No ha convencido a cientos de miles de votantes que han decidido apostar por opciones nacionalistas como EH Bildu o, sobretodo, el BNG. Y esto, a pesar de la autocrĂtica calmada que pretende hacer la formaciĂłn morada, deja claro que la lĂnea de Iglesias ha dejado de convencer a los suyos.
Los ataques a la prensa, el liderazgo autoritario, la estructura de partido tan piramidal, la falta de debate interno y las diversas purgas que ha realizado Iglesias en su partido a lo largo de los Ășltimos años han pasado factura a la lĂnea que representaba Iglesias.
SegĂșn ha podido comprobar MONCLOA.COM, hay voces (partidarias del vicepresidente del Gobierno y lĂder de Unidas Podemos) que dicen que Iglesias ya ganĂł lo que debĂa haber sido Vistalegre III en plena pandemia, sin embargo, tan solo un 11% de los afiliados al partido votĂł entonces y fue elegido con el 10% del total. Las candidaturas de Iglesias siempre han ido acompañadas de un pack de mĂĄs de 80 personas que incluĂa a todo su equipo y, ademĂĄs, hay bastantes irregularidades en el proceso por el cual Iglesias adelantĂł esa asamblea ciudadana, como el hecho de haber comprobado los sondeos internos antes de decidir cuĂĄndo lanzarse a convocar ese proceso que le ha prorrogado al frente de Unidas Podemos.
YOLANDA DĂAZ, VALOR AL ALZA
A pesar de que la ministra de Trabajo, Yolanda DĂaz, pertenece a Izquierda Unida, es un valor al alza dentro de Unidas Podemos. Mientras que la llamada a suceder a Iglesias no ha hecho mĂĄs que perder popularidad desde que ha entrado en el ministerio inventado, DĂaz no ha hecho mĂĄs que ganarse el respeto de todas las bases de Unidas Podemos. Algo que ha provocado que las bases hablen en cada esquina de una hipotĂ©tica candidatura de DĂaz a liderar la conformaciĂłn morada.
Sin embargo, esta candidatura traerĂa muchos mĂĄs quebraderos de cabeza para Podemos, pues serĂa una forma de que IU fagocitara a Podemos, cuando todos daban por hecho exactamente lo contrario. Por lo pronto, DĂaz se ha convertido en una de las ministras mejor valoradas y en el adalid de la izquierda racional. Montero, sin embargo, cae de la mano de su pareja y lĂder, pues a medida que Iglesias se desgasta y lleva al partido a la debacle, la ministra desgasta su posible futura candidatura.