Su currĆculum es largo. A sus 72 aƱos, Josep Borrell ha pasado de ser en 1978 concejal de Majadahonda (Madrid) a estar al frente de dos ministerios e incluso a presidir la EurocĆ”mara. Ahora, tras ganar las elecciones europeas, el todavĆa ministro de Asuntos Exteriores aspira a ocupar un importante cargo dentro de la UniĆ³n Europea: el de Vicepresidente de la ComisiĆ³n Europea o el de representante de la UniĆ³n para Asuntos Exteriores.
Los resultados de Borrell en los comicios europeos del pasado 26 de mayo fueron buenos (el 32% de los votos). Mejores incluso que los del presidente del Gobierno, Pedro SĆ”nchez, en las generales (con el 28%). Los 20 escaƱos que ha obtenido el PSOE en el Europarlamento han convertido a los eurodiputados espaƱoles en la fuerza dominante dentro del grupo parlamentario socialista. Y su pacto con el grupo liberal coloca a Borrell en una posiciĆ³n privilegiada para obtener un importante cargo dentro de la UniĆ³n Europea.
La joya de la corona es la presidencia de la ComisiĆ³n Europea. Este jueves se han reunido en Bruselas los lĆderes para intentar decidir quiĆ©n es el adecuado para estar al frente de la ComisiĆ³n durante el prĆ³ximo lustro. Pero no se ha llegado aĆŗn a un consenso. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se ha mostrado ācautelosamente optimistaā sobre un encuentro que no ha encontrado el consenso. Son 27 paĆses los que aspiran a ocupar los cinco cargos mĆ”s relevantes de la UE. Por lo que el encaje de bolillos puede tornarse complicado.
Borrell ya conoce las instituciones europeas. Tras dejar atrĆ”s su etapa en el Gobierno de Felipe GonzĆ”lez, el exministro fue nombrado presidente del Parlamento Europeo (de 2004 a 2007). Su bagaje polĆtico y los resultados que ha obtenido el PSOE el 26-M le han colocado en la primera lĆnea del reparto de cargos. Y dentro de esos cargos, la vicepresidencia de la ComisiĆ³n es el mĆ”s esperado.
EspaƱa tendrĆ” una presencia importante en la UE. La salida del Reino Unido (paĆs que previsiblemente se mantendrĆ” al margen del reparto de cargos) de la UniĆ³n y los resultados del PSOE en las europeas han situado a EspaƱa en una posiciĆ³n relevante en el seno de Europa. Por ello, de no conseguir la vicepresidencia, Borrell obtendrĆa otro cargo: el de alto representante de la UniĆ³n para Asuntos Exteriores y PolĆtica de Seguridad. Un puesto que actualmente ocupa la italiana Federica Mogherini.
De este modo, Borrell se convertirĆa en el jefe de la diplomacia de los asuntos de la UniĆ³n Europea y coordinarĆa la acciĆ³n exterior. En una etapa en la que los enfrentamientos y ultimĆ”tum del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a la UniĆ³n se han vuelto frecuentes.
Tras la reuniĆ³n de los lĆderes del pasado jueves, el presidente de Francia pidiĆ³ a sus socios europeos que no se empeƱaran en los nombres. Pero es una elecciĆ³n difĆcil si se tiene en cuenta que el reparto de los cargos tiene que atender a varios criterios y equilibrar los poderes por paĆses, geografĆa, ideologĆa e incluso gĆ©nero.
UNA ELECCIĆN DIFĆCIL
Todo dependerĆ” de los pactos a los que lleguen los grupos parlamentarios y de quiĆ©n sea nombrado nuevo presidente de la ComisiĆ³n Europea. Los resultados globales de las elecciones europeas han dejado una EurocĆ”mara fragmentada. Los dos grupos mayoritarios (socialistas y populares) no suman una mayorĆa suficiente como para poder elegir el nuevo presidente de la ComisiĆ³n (se necesitan al menos 376 votos de los 751 escaƱos del Parlamento Europeo).
Tras la reuniĆ³n del pasado jueves, no se ha resuelto el problema. Los tres principales candidatos a presidir la ComisiĆ³n (elĀ conservador Manfred Weber, el socialista Frans Timmermans y la liberal Margrethe Vestager) han sido prĆ”cticamente descartados tras no hallar los apoyos necesarios. Sin consenso entre al menos tres fuerzas, no habrĆ” presidencia. Por ello, no se descarta que el prĆ³ximo 30 de junio se pongan sobre la mesa nuevos nombres.
Los socialistas, liderados por Pedro SĆ”nchez, han iniciado conversaciones con uno de los grupos parlamentarios que ha irrumpido con mĆ”s fuerza en el Parlamento (junto a los Verdes): los liberales. Las reuniones entre SĆ”nchez y el presidente de Francia, Emmanuel Macron tras las elecciones han sido en clave europea. Su alianza les convertirĆ” en una fuerza necesaria y relevante para la prĆ³xima elecciĆ³n del presidente de la ComisiĆ³n Europea, el cual necesitarĆ”, al menos, el apoyo de tres grupos parlamentarios.
A pesar de la fragmentaciĆ³n, Tusk se ha mostrado optimista. Cree que los lĆderes de los grupos parlamentarios podrĆ”n acercar posturas. Incluso los Verdes se han mostrado abiertos a la posibilidad de sumarse a una gran alianza. Es indudable que este nuevo mandato estarĆ” marcado por el cambio climĆ”tico. Y no estĆ” fuera del tablero de negociaciones que una alianza como la de los socialistas y los liberales acepte implementar medidas a favor del medio ambiente a cambio del apoyo de los Verdes.
Sobre cuĆ”ndo se nombrarĆ” al nuevo presidente de la ComisiĆ³n Europea, no existe un calendario fijo. SĆ mĆ”s o menos definido. El presidente del Consejo Europeo quiso a finales de mayo someter a votaciĆ³n el nombramiento el prĆ³ximo presidente de la ComisiĆ³n a finales de junio. Sin embargo, las discrepancias internas han atrasado la fecha. Ahora, Tusk confĆa en que antes del 2 de julio (cuando se constituye la EurocĆ”mara) se llegue a un acuerdo.