Casi el 62% de espaƱoles aboga por acabar con el cambio de hora estacional

El 61,8% de los espaƱoles estĆ” a favor de acabar con el cambio de hora estacional que consiste en adelantar o retrasar los relojes una hora cada seis meses (el Ćŗltimo fin de semana de marzo y el Ćŗltimo fin de semana de octubre) con el fin de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural y optimizar el ahorro energĆ©tico. En caso de tener que elegir un horario, el 69,4% de los encuestados se decanta por el denominado horario de verano, el que estĆ” actualmente en vigor.

AsĆ­ se recoge en el BarĆ³metro de abril realizado por el Centro de Investigaciones SociolĆ³gicas (CIS), hecho pĆŗblico este lunes, en el que a la pregunta de acabar con el cambio de hora o seguir como hasta ahora, es decir, cambiando los relojes cada seis meses, la mayorĆ­a (61,8%) prefiere acabar con esta prĆ”ctica mientras que el 19,8% es favorable a seguir como hasta ahora y para un 15,7% le resulta indiferente.

Con el cambio de hora se cumple con la Directiva Europea 2000/84/CE que sigue afectando, sin excepciĆ³n, a todos los estados miembros de la UniĆ³n Europea. En 2018 se planteĆ³ la propuesta de eliminar el cambio de hora y se iniciĆ³ un proceso que, si bien consideraba suprimir este cambio en 2019, finalmente se decidiĆ³ que la iniciativa era prematura y se aplazĆ³ la decisiĆ³n que, en un principio, debĆ­a adoptarse este 2021.

El cambio horario es obligatorio y siempre se produce en las mismas fechas y horas en el conjunto de la UE, de modo que no existe la posibilidad de que un Estado miembro no aplique este cambio de hora. En la consulta lanzada en 2018 por la ComisiĆ³n Europea en los paĆ­ses miembros, participaron 4,6 millones de personas, con mĆ”s de un 80% a favor de poner fin a los cambios horarios.

Coincidiendo con el cambio horario del Ćŗltimo fin de semana de marzo de 2021, la comisiĆ³n de Transportes del Parlamento Europeo instĆ³ a los Estados miembros a acabar con esta prĆ”ctica aunque el Consejo de la UE aĆŗn no se ha posicionado al respecto. La decisiĆ³n final tambiĆ©n se ha visto retrasada por la irrupciĆ³n de otros asuntos como la pandemia provocada por la Covid-19 o el Brexit.

Sobre el horario preferido por los espaƱoles, la encuesta del CIS revela que el 69,4% se decanta por el denominado horario de verano (el que comprende los meses de marzo a octubre), el 16,2% el de invierno (el que comprende de octubre a marzo) y al 10,4% le resulta indiferente.

Ā«Hay que ser un poco didĆ”cticos y yo pedirĆ­a dejar de hablar de horario de verano y de invierno porque al final estamos condicionando la opiniĆ³n de la genteĀ», seƱalĆ³ el presidente de ARHOE (ComisiĆ³n Nacional para la RacionalizaciĆ³n de Horarios EspaƱoles), JosĆ© Luis Casero, al ser preguntado por el Ćŗltimo cambio de hora estacional.

Desde ARHOE, el mantenimiento del cambio de hora bianual Ā«no es aceptableĀ» y Casero recordĆ³ que la propia UniĆ³n Europea reconociĆ³ Ā«que dicho cambio no tiene un impacto econĆ³mico y sĆ­ un impacto sobre la saludĀ», como problemas de fatiga originados por la alteraciĆ³n del sueƱo.

Ā«A mĆ­ encanta el verano mĆ”s que el invierno, pero es que no tiene que ver el horario de verano y el horario invierno, con el verano y con el invierno. No mezclemos las horas con las estaciones o situaciones particulares de descanso que se provocan en veranoĀ», alertĆ³ el experto, diferenciando el cambio horario del huso horario, que depende de la latitud que ocupa cada paĆ­s.

AsĆ­, por ejemplo, Finlandia –con muchas horas de luz en verano– no es partidaria de modificar la hora en marzo mientras que en EspaƱa el Gobierno nombrĆ³ en 2018 una comisiĆ³n de expertos para estudiar la propuesta de la ComisiĆ³n de abolir los cambios y, en caso de llevarse a a cabo, analizar la conveniencia de quedarse con el de invierno o el de verano.

LOS EXPERTOS, A FAVOR DEL HORARIO DE INVIERNO

El citado comitĆ© emitiĆ³ un informe que Ā«no era unĆ”nime ni concluyenteĀ». Ā«Es preocupante si hubiese sido unĆ”nime. Es muy difĆ­cil encontrar esa unanimidad, sobre todo cuando hay diferentes aspectos que hay que analizar con respecto al cambio horarioĀ», defendiĆ³ Casero.

Ā«SĆ­ que es cierto que la gran mayorĆ­a, que no una parte, estamos por adaptar el mal llamado horario de invierno que es el GMT+1, que implica una diferencia de una hora con respecto a la hora de luz solar, mientras que el llamado horario de verano, que se adopta ahora en marzo hasta octubre, implica una diferencia de dos horasĀ», avanzĆ³.

Ā«De este modo –explicĆ³–, al adoptar el mal llamado horario de verano, amanecerĆ­a y anochecerĆ­a mĆ”s tarde y en algunas Ć©pocas del aƱo, a las nueve de la maƱana serĆ­a de noche y en algunos sitios, como en A CoruƱa, a las diez de la maƱana serĆ­a de nocheĀ».

Ā«Desde nuestro punto de vista, la supresiĆ³n del cambio bianual debe partir de la adopciĆ³n del horario de octubre, el GMT+1, basĆ”ndonos en que su impacto econĆ³mico es marginal y es acorde a factores relacionados con la salud, el descanso, la productividad, el rendimiento laboral, el rendimiento escolar. Y todo ello, ademĆ”s, acompaƱado de medidas para favorecer la conciliaciĆ³n y la corresponsabilidadĀ», enfatizĆ³.