El secretario de Estado de España Global, Manuel Muñiz, ha afirmado este lunes que, por lo analizado hasta ahora, la reputación de España «no se ha visto tan impactada» por la pandemia del coronavirus, cosa que, a su juicio, se debe a que es una crisis «totalmente global».
Aunque España, como Italia, es uno de los países de Europa Occidental donde primero golpeó la enfermedad, y además de una forma «totalmente severa», la crisis ha golpeado a muchos más países y ha sometido «a seria tensión» a sistemas sanitarios que son de los mejores y con las mayores capacidades de respuesta.
«Desde España, como lo hemos vivido con tanta dureza, nos cuesta medirlo, porque nos parece que ha sido particularmente severo aquí pero lo ha sido también en otros sitios», ha dicho.
Muñiz ha explicado que su departamento hace un «seguimiento bastante estrecho de la reputación» de España durante su participación en el seminario «Nuevo escenario: riesgos y oportunidades para las empresas españolas en América Latina» organizado por Casa América.
Según ha dicho, el Gobierno español ha tenido muchas conversaciones con colegas latinoamericanos sobre las lecciones aprendidas de la pandemia y qué se puede hacer para prepararse mejor.
Desde que comenzó la pandemia, España Global está analizando su impacto en las relaciones internacionales y su análisis es que la acelerará una serie de tendencias que ya se apreciaban antes, como la fractura social y el aumento de la desigualdad, el crecimiento de la desinformación y el cuestionamiento institucional.
Como ejemplos, ha señalado que dos tercios del empleo destruido era empleo precario y de corta duración y que la población más golpeada están siendo los mayores y la población rural. A eso se añade la brecha digital que se ha visto, por ejemplo, con la educación a distancia.
Todo ello, ha advertido, estaba ya «vaciando la clase media», lo que a su vez «vacía el centro del espectro político». «Esta crisis, si no se gobierna bien su salida, puede agravar esas tendencias», ha alertado.
Según ha dicho, ese es el motivo por el que el Gobierno trabaja por un fondo europeo que permita una recuperación «más inclusiva», que minimice fracturas y, en el plano doméstico, un gran pacto político para la reconstrucción.
SIN CLASE MEDIA NO HAY ESTABILIDAD
De hecho, cree que ahora se abre «una disyuntiva» entre «dos sendas de recuperación: una con más desigualdad y problemas de sostenibilidad económica y medioambiental y otra «más digital, más verde y más inclusiva».
Y ha advertido de que elegir la primera «abocará a décadas de serias convulsiones políticas», como ya se han vivido hasta la fecha, a «problemas de desafección y precarización de las clases medias». «Y no hay una vida política democrática, estable y sosegada si no tenemos clases medias», ha añadido.
