La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) ha elaborado un documento, en el marco de la pandemia por el nuevo coronavirus, que tiene como objetivo ayudar a los médicos de Atención Primaria (AP) a acompañar el sufrimiento emocional de los pacientes.
«Se trata de situaciones de sufrimiento en las que es necesario contextualizar el dolor emocional, que en general no precisarán de medicación y, en las que los profesionales de Medicina de Familia, sí deben disponer de recursos para hacer prevención secundaria ante síntomas moderados-severos de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático», han explicado los autores.
Y es que, la crisis provocada por la enfermedad COVID-19 ha ido acompañada de un conjunto de circunstancias emocionales para el paciente como son el miedo, la incertidumbre, la ansiedad, la impotencia, la ira, la tristeza y la soledad sufrida por muchas de las personas diagnosticadas. Pero también de un tipo de soledad específica para aquellos que, tras el diagnóstico por COVID19 y conforme los protocolos, pasaron la enfermedad en completo aislamiento confinados y sin contactos con familiares o con cuidadores.
En anteriores epidemias, como la del SARS 2003, un tercio de los pacientes mostraron síntomas entre moderados y severos de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático hasta un año después de la epidemia, cuyo brote azotó durante 2003 esencialmente el Este asiático. También se describió entonces una mayor incidencia en problemas de abuso de substancias.
Además de considerar esta evidencia, el documento tiene en cuenta otros aspectos en el abordaje de la salud mental y afectiva de pacientes con Covid-19 al alta hospitalaria como, por ejemplo, la soledad derivada del aislamiento y la ausencia de familiares o cuidadores, con frecuencia sin otra persona en la habitación; la estigmatización por una enfermedad que hace peligroso el contacto y confina a los pacientes en zonas específicas; o las necesidades especiales de los pacientes con patologías psiquiátricas previa, ya que presentan mayor riesgo de desarrollar dichos trastornos, así como del agravamiento de sus patologías.
En la elaboración del documento, sus autores, integrantes del Grupo-Programa en Comunicación y Salud de la Semfyc, han considerado las particularidades de la asistencia sanitaria en tiempos del Covid-19, teniendo en cuenta que buena parte del seguimiento domiciliario se realiza mediante teleasistencia.
En este sentido, el documento resalta que aunque la entrevista telefónica aporta una herramienta «de comunicación clínica centrada en el lenguaje» y aporta «mayor accesibilidad así como la posibilidad de establecer una pauta de seguimiento y la posibilidad de hablar con cuidadores o convivientes», también entraña la pérdida del paralenguaje y de las expresiones faciales, así como del contacto y la exploración física.
Por otra parte, los expertos han avisado de que otro de los elementos que será importante abordar en los próximos meses desde las consultas de los médicos de familia, esencialmente en dispositivos de Atención Primaria, son los aspectos relativos al sufrimiento emocional de las personas ante la pérdida de un ser querido por la Covid-19.
«Hay circunstancias que han marcado y están marcando esta epidemia, como por ejemplo la incapacidad para despedirse de un ser querido que ha fallecido en aislamiento hospitalario al estar el familiar en cuarentena o por restricciones a la movilidad de las personas, o situaciones familiares de pérdidas múltiples que también se han dado», ha zanjado la secretaria de la Semfyc, Remedios Martín.