Los motivos para decir ‘no’ a la vacuna de Moderna, Pfizer…

El año 2021 ha llegado con la esperanza de una vacuna bajo el brazo. Después de largos meses de restricciones, casos diarios de fallecimientos por covid-19 y una grave crisis económica, la única solución posible parece ser la vacunación, ya que, como hemos comprobado, los intentos de contener la pandemia por otros medios han resultado infructuosos. Desde que se desencadenaron los contagios de manera descontrolada, cientos de laboratorios en todo el mundo comenzaron a trabajar a contrarreloj para conseguir una vacuna. De momento, se están comercializando las de dos farmacéuticas, Pfizer y Moderna, además de la vacuna que se desarrolló en China y la Spunik rusa.

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DEMASIADA PRISA

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El proceso normal de desarrollo de una vacuna requiere un plazo de entre 10 y 15 años para completar todas las fases de pruebas y estudios. Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna, se han creado en menos de un año, un tiempo absolutamente récord. Para conseguirlo, se han tenido que recortar muchas de las fases de investigación, como por ejemplo la de preclínica, donde la sustancia se estudia en cultivos celulares y después en animales. La urgencia por conseguir una vacuna y poder comercializarla cuanto antes, ha obligado a los investigadores a dedicar menos tiempo a cada etapa.