De Errejón a Rivera: todos se hartan del empeño del PSOE en usar mascarilla «hasta para mear»

En un acto político, enmarcado en la campaña por Madrid, Pedro Sánchez ha salido del retiro de La Moncloa para legislar sobre algunos de los aspectos que conciernen a la salud pública de los españoles. Y lo hace para matizar y corregir un error previo de su Gobierno: imponer la obligatoriedad de utilizar la mascarilla hasta para tomar el sol en una playa o caminar sólo por la montaña. No hacerlo, apunta la normativa, podría exponer al ciudadano a una multa. En esto, ni siquiera sus socios de Gobierno, ni el apoyo del poder de los barones regionales le han librado de las críticas. ¿Ahora? ¿Con mascarilla hasta para ir al baño? Las reacciones en contra de la medida han sido dispares. ¿Quiénes apoyan? ¿Quiénes critican?

ERREJÓN Y ALBERT RIVERA COINCIDEN EN SU CRÍTICA A SÁNCHEZ

El pasado martes, el Consejo de Gobierno sorprendía a España con una nueva regulación que exigía llevar mascarilla incluso para hacer senderismo en la montaña. Desde el primer momento, los ciudadanos se han echado las manos a la cabeza, no sólo con el despropósito de que la norma fuera una ‘corrección’ de lo ya establecido, sino por el hecho de que Sánchez obligue en situaciones de lo más disparatadas: ir a la montaña, caminar sólo por una calle en un pueblo, en la playa… Los memes sobre cómo serán los morenos y los quemados este año han sido la tónica.

Pero también la crítica ácida de los políticos de la oposición. Incluso en el caso de algunos de los socios del Gobierno, aunque no Unidas Podemos, que en este tema se ha mantenido fiel al pacto.

Uno de los primeros en reaccionar a la medida de Sánchez fue Albert Rivera. El ex líder de Ciudadanos, se ha mostrado especialmente incisivo con las multas que se prevén en la legislación. «Entiendo perfectamente la obligación de llevar mascarilla cuando estemos con gente cerca. Pero si alguien está solo, al aire libre, en una playa o en la montaña sin nadie alrededor, si no es para recaudar, ¿por qué le tienen que poner una multa?», publicaba con los hashtags que suele utilizar el PP de #MasVacunas #MasLibertad.

Dentro de los apoyos que ha encontrado Sánchez en el Congreso, llama la atención la crítica vertida por Íñigo Errejón, cuyo partido votó a favor de la normativa que exige la obligatoriedad del uso de la mascarilla en cualquier circunstancia al aire libre. Con todo, el político de Más País, acusaba a la medida del Presidente como una ocurrencia y exigía más protocolos de eficacia y vacunas. «La obligatoriedad de la mascarilla en espacios abiertos con suficiente distancia de seguridad (montaña, playa) solo produce cansancio, desconfianza y además es inútil. Menos ocurrencias y más protocolos de eficacia y vacunas», escribía.

Por su parte, Toni Cantó, recientemente fichado por el PP para la candidatura de Ayuso, ponía el foco en la ejemplaridad de algunos ex-miembros del Gobierno de Sánchez, como la imagen compartida por Unidas Podemos de su candidatura a la presidencia. Ninguno de ellos la mascarilla en la azotea donde se han hecho la imagen, y se nota que aunque están colocados separados, la distancia de seguridad es inexistente.

LA REBELIÓN DE LOS BARONES SOCIALISTAS CONTRA EL USO DE MASCARILLAS EN LA PLAYA

Una de las primeras en salir a hacer su interpretación de la nueva normativa del Gobierno de Sánchez fue la socialista lideresa de Baleares. Armengol se desmarcaba de lo que planeó con nocturnidad La Moncloa: el gobierno regional interpreta que la mascarilla no es obligatoria en playas y espacios naturales para quienes van solos o con sus convivientes y mantienen la distancia respecto a los demás.

Otro mazazo del poder regional lo ha recibido Sánchez de Ximo Puig, hombre fuerte de la ejecutiva. Ximo Puig aseguró el miércoles 31 de marzo que cree que en espacios con las playas no debería ser necesario el uso de la mascarilla, porque «hay estudios que dicen que es un espacio seguro». Su consejera de Sanidad apuntaba en la Interterritorial que desde la Comunidad Valenciana harían sus aportaciones para la Ley de la Nueva Normalidad.

Desde Canarias, Ángel Torres, su presidente, también se desmarcaba públicamente de la normativa del Gobierno de Sánchez sobre el uso obligatorio de las mascarillas en las playas y lugares de ocio.

En Cataluña, los socios de Sánchez también se quejaban de la arbitrariedad de la norma. Los gobiernos regionales del PP se han mostrado divididos: desde Castilla y León comprenden la medida mientras que Andalucía rechaza por completo la medida.

Con todas las críticas suscitadas y la reacción del poder regional, Sánchez ha dado orden a Darias para que Sanidad revise la normativa. O lo que es lo mismo, más dudas y contradicciones para los ciudadanos.