Los fracasos de Chicote: restaurantes que echaron el cierre tras su visita

A lo largo de sus más de siete años en antena, Alberto Chicote ha pasado por centenares de restaurantes en situación calamitosa, dispuesto a poner en marcha su método de gestión de éxito. Sin embargo, para más del 70% de los locales visitados y expuestos públicamente en la dinámica del programa, la auténtica pesadilla en las cocinas llegó tras el paso del televisivo chef. La visita, consejos y broncas de Alberto Chicote no siempre han terminado en negocios de éxito tras su marcha. Estos son algunos de los restaurantes más populares del programa que tuvieron que echar el cierre al poco de la emisión o paso de Alberto Chicote por sus cocinas.

¿Sirve de algo Pesadilla en la Cocina? Esta es una pregunta recurrente entre espectadores y propietarios de restaurantes. Si googleamos algunos de las cocinas a las que Alberto Chicote honró con su visita y su dinámica de broncas, charlas de motivación y remodelaciones a lo grande, en muchos casos vemos que las opiniones apuntan a un cierto renacer de los locales que pronto caen en las mismas rutinas y malos hábitos, o simplemente no pueden hacer frente a las deudas y se ven abocados al cierre. Y es que, aunque la intención de Alberto Chicote y su equipo es buena, no siempre consigue ser el salvavidas para estos negocios. ¿Está gafado el televisivo chef?

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PHOENIX NO SOBREVIVIÓ AL EFECTO CHICOTE

De vez en cuando, y para darle más interés al formato, Pesadilla en la Cocina intentaba crear situaciones límites con Chicote. Por ejemplo, en el restaurante Phoenix, en la localidad de Elche, donde recibió incluso golpes -además de insultos-, del propietario del local. Un local que había nacido como restaurante, sí, pero que funcionaba ahora como bocatería, bar de tapas y especialistas en sándwiches… ¡sin cocinero! El agresivo dueño tampoco sabía cocinar. La situación económica del proyecto y la personal del personaje era extrema. Poco pudo hacer Chicote con su equipo a parte de intentar relanzar el negocio. Un desastre mayúsculo de Pesadilla en la Cocina, más por meterse en él que por lo que pudo o no aportar.