Los grupos humanos del Paleolítico colonizaron nuevas áreas y adoptaron nuevas técnicas para hacer frente a grandes cambios medioambientales. Así lo ha desvelado un equipo internacional de arqueólogos, liderado por Aitor Ruiz-Redondo, investigador Juan de la Cierva en el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, tras analizar el poblamiento humano en la cuenca del Adriático durante el Último Máximo Glacial y el Tardiglaciar (c. 35.000-12.000 años antes del presente).
Los resultados de la investigación revelan las estrategias que adoptaron los grupos humanos del Paleolítico para hacer frente a grandes cambios medioambientales. Entre ellas, la migración hacia las nuevas zonas costeras y la colonización de los espacios de montaña subalpinos.
La cuenca del Adriático resulta un entorno privilegiado para observar las adaptaciones de los grupos humanos a los cambios climáticos debido a su particular geografía. Por un lado, toda la mitad norte de lo que ahora es el mar Adriático es muy poco profunda, por lo que durante los momentos de máxima glaciación fue una llanura emergida.
Por otro, la relativa cercanía de los Alpes, Apeninos y Alpes Dináricos provoca que durante algunos periodos un porcentaje significativo de la superficie de la cuenca adriática estuviera ocupado por glaciares. Así, a lo largo del periodo analizado, el territorio disponible en la gran llanura central se fue reduciendo por el aumento del nivel marino, mientras que la zona habitable en los piedemontes se fue ampliando a medida que retrocedieron los glaciares.
En el estudio, publicado en la revista líder Quaternary Science Reviews, se han analizado todas las dataciones radiocarbónicas disponibles para el periodo, un total de 278 provenientes de 66 yacimientos arqueológicos de Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania y Grecia.
Los resultados muestran, por un lado, un incremento exponencial de la población a partir del Último Máximo Glacial en las áreas emergidas en la actualidad, posiblemente provenientes de la cada vez más reducida llanura adriática.
Por otro, una rápida colonización de los espacios de montaña liberados por la recesión de los glaciares. Por último, los periodos de adopción de determinadas innovaciones técnicas coinciden con los de otras zonas europeas, por lo que se puede deducir la existencia de redes de contactos e intercambios con estas, bien de ideas y conocimientos o directamente poblacionales.
Este tipo de investigaciones arqueológicas puede no ser solo útil para el estudio del pasado, sino también de ejemplo de cómo los seres humanos nos adaptamos a cambios climáticos y medioambientales drásticos, como el que se nos presenta en la actualidad.
Aitor Ruiz-Redondo es investigador Juan de la Cierva-incorporación del Instituto Universitario de investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) y del Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza e investigador asociado de las universidades de Southampton (Reino Unido) y Burdeos (Francia). En el estudio han participado investigadores de las universidades de Southampton (Reino Unido), Bournemouth (Reino Unido), Zagreb (Croacia), Ferrara (Italia), el Instituto de Arqueológico de Austria y el Servicio de Arqueología del Departamento de Var (Francia).