Los recientes ataques con drones y misiles en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) constituyen una grave escalada en la campaña terrorista de los hutíes contra los estados proeuropeos del Golfo.
No son los únicos ataques perpetrados por los hutíes: en los últimos meses, la comunidad internacional ha sido testigo de el bombardeo de un almacén de ayuda humanitaria en la ciudad portuaria yemení de Mocha, la incautación de un buque con bandera emiratí que transportaba suministros médicos en el Mar Rojo y múltiples ataques con drones y misiles contra refinerías de petróleo y otros objetivos en Arabia Saudita.
Es evidente que los rebeldes hutíes continúan rechazando los esfuerzos de buena fe para negociar una solución diplomática y, en cambio, ha elegido mantener el camino de la violencia. Es más, según la ONU, desde que fueron eliminados de la lista de grupos terroristas, los hutíes han intensificado su nivel de agresividad, especialmente en el uso de drones financiados por Irán.
Después de siete años desde que se iniciara la insurgencia, Yemen se encuentra sumido en una grave crisis humanitaria calificada por la ONU como la peor del mundo, con abusos a los derechos humanos a gran escala y más de 230.000 muertos estimados. Un gran número ha sido desplazado, privado de alimentos, medicinas y servicios básicos y el país ha visto el mayor brote de cólera jamás registrado, con 2,5 millones de casos sospechosos. Se estima que 400.000 niños sufren de desnutrición. Según la evaluación de la ONU, veinte millones de personas, dos tercios de la población, necesitan ayuda humanitaria.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden ha asegurida que su administración está considerando redesignar el movimiento hutí de Yemen como una Organización Terrorista Extranjera (FTO) bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad y como un Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT) de conformidad con la Orden Ejecutiva (EO) 13224. Numerosas voces en Europa, han clasificado, por su parte, a este grupo como una organización extranjera que se dedica a actividades terroristas que amenazan a la UE y sus intereses.
Así, la Unión Europea ha condenado enérgicamente el ataque transfronterizo con drones reivindicado por el movimiento yemení Ansar Allah contra una instalación de almacenamiento de tanques de combustible cerca del aeropuerto de Abu Dabi.
“Los ataques contra civiles e infraestructura civil son inaceptables. El último ataque aumenta el riesgo de una mayor escalada del conflicto de Yemen y socava los esfuerzos en curso para poner fin a la guerra”, han asegurado en un comunicado.
Asimismo, la UE ha pedido moderación para evitar una mayor escalada de tensión y ha instado a todas las partes a comprometerse con el Enviado Especial de la ONU para lograr el fin de los combates y un acuerdo político integral e inclusivo.
Los esfuerzos de Bruselas para mostrar lo que está en juego e idear nuevos medios para brindar asistencia humanitaria, incluso cuando los hutíes vuelven a ser incluidos en la lista como organización terrorista, envían un mensaje claro a Teherán: EAU es un fuerte aliado de Europa e importante socio económico de España. El gobierno español debería apoyar a Abu Dabi en esta complicada situación.