Robles fulmina a su jefe de armamento tras conocer que favoreció con contratos a un exdirigente PP

El Ministerio de Defensa rebosa «astucia» y ha planeado unos movimientos entre sus altos cargos basados en la estrategia pura. El departamento dirigido por Margarita Robles está realizando cambios entre los directivos de las secciones de su Ministerio. Todo ello con un fin: encubrir movimientos cargados de polémica en algunos de los contratos de Defensa. Así, el almirante Aniceto Rosique ostentará a partir de ahora el cargo de nuevo director general de Armamento y Material, en sustitución del también almirante Santiago Ramón González. Unos nombramientos que han llamado la atención en el ministerio y que se basan en la estrategia de Robles, que pretende quitar del ojo del huracán a González por unos contratos cuestionables llevados a cabo por la sección que él dirigía hasta ahora.

Margarita Robles ha decidido atajar el problema antes que de que se produzca un escándalo y ha llevado a la reunión del Consejo de Ministros el nombramiento del militar Aniceto Rosequi como nuevo director general de Armamento y Material. Así, Rosique deja de ocupar el puesto como Almirante Jefe de Apoyo Logístico, un puesto que ha ocupado desde enero de 2020 hasta ahora, que será ostentado por Santiago Ramón González. De esta forma, ambos militares se intercambian los puestos y lo que parece un simple movimiento entre altos cargos, esconde un trasfondo muy distinto. Por su parte, González ostentaba hasta la fecha el puesto de director General de Armamento y Material, un cargo al que llegó de la mano del anterior Gobierno, el del PP, y, por tanto, con la anterior ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.

Así, el piloto naval, Santiago Ramón González, llevaba dirigiendo la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) desde el año 2018, cuatro años liderando dicho departamento del Ministerio de Defensa. La DGAM es un órgano directivo al que corresponde la planificación y desarrollo de la política de armamento y material del Departamento, así como la supervisión y dirección de su ejecución. Es decir, que por este área pasan todas las compras y adquisiciones del material militar que emplean las Fuerzas Armadas en el desempeño de sus actividades y funciones. El panorama actual que está viviendo España con la situación que hay en Ucrania afecta directamente al Ministerio de Defensa. Y es que hace unos días el Ejecutivo anunció que enviaría la fragata de Blas Lezo al Mar Negro en apoyo a Ucrania, una decisión que ha levantado disparidad de opiniones entre los distintos partidos políticos.

A esta situación se suman los contratos emitidos por el departamento que dirigía Santiago Ramón González y que solo avivan el fuego y polémica que rodea a Defensa. González decidió declarar desierta una licitación sobre la adquisición de ametralladoras de 7,62 milímetros para los helicópteros de transporte NH90. Este acuerdo tenía un presupuesto de casi 3 millones de euros y donde la única empresa participante en el proceso era Equipamientos SDAL. Sin embargo, finalmente el DGAM decidió declarar como desierta dicha adjudicación debido a que la empresa no presentó en el plazo establecido la oferta económica y, por tanto, el contrato para la adquisición de dicho armamento se quedó sin adjudicar.

Esta no es la única vez que hay un proceso extraño en la adjudicación o no de acuerdos sobre la compra de armas y material militar. Y es que, la unidad de González otorgó un contrato a favor del Grupo Amper por una cantidad que ascendía de los 3 millones de euros. Una situación que no resultaría nada rara dado que los presupuestos de contratos que manejan en DGAM suele ser de cifras elevas. Lo que llama la atención es la persona que se encuentra detrás de la empresa beneficiaria y es nada más y nada menos que Pedro Morenés, exministro de Defensa. Morenés dirigió el departamento de Defensa desde el año 2011 al 2016 con el Gobierno de Mariano Rajoy. Y desde hace aproximadamente tres meses, preside el Grupo Amper. El exministro se estrena así por todo lo alto en su nuevo cargo con un contrato de más de 3 millones de euros con el departamento dependiente de su antigua casa, Defensa. Toda una suerte para empresario.

A estos procesos nada transparentes, se une también la ingente cantidad de dinero que el Ministerio de Defensa a invertido en contratos y autorizaciones de gasto. La cifra asciende a 9.300 millones de euros y se enmarca como la mayor inversión destinada al área de Seguridad y Defensa. Todo un desembolso económico que tiene como objetivo que no le saquen los colores a España en la cumbre de la OTAN como ya ocurrió durante al anterior reunión. Así, Robles camufla, esconde o tapa estos movimientos extraños bajo un nombramiento y cambio de cargos «normales» dentro de la filas de Defensa y que, ni mucho menos, tienen un trasfondo detrás o unas cuestiones que ocultar para que permanezcan fuera de la opinión pública.