Torreznos: los típicos fallos que los destrozan

¿Puedes escuchar la palabra torreznos y no salivar? Nosotros no. No sabemos qué nos ocurre con este alimento que nos hace cerrar los ojos e imaginarnos una ración de este plato y comenzar a disfrutar solo con ello. Pues bien, mucho ojo, porque está riquísimo, pero es cierto que hay que saberlo a hacer, porque siempre se cometen algunos fallos que te lo arruinan.

Los torreznos es un plato muy socorrido para las grandes veladas. Lo puedes poner en una cena con amigos en tu jardín, o incluso lo puedes hacer cuando son fiestas en tu pueblo o para un cumpleaños. Ahora bien, es un producto muy sensible que para que te salga de 10 hay que saber hacerlo a la perfección.

Cómo freírlo

Cómo freírlo

Obtener una corteza crujiente al freír de los torreznos no es difícil pero necesita seguir unas pautas que pasamos. Todo depende del formato elegido: panceta adobada o Torrezno precocinado.

La piel de la panceta curada debe estar bien seca, cuanto más seca mejor subirá la corteza al freír y más crujiente quedará. Por tanto, sacamos la panceta curada del envase de plástico o de la nevera 24 horas antes; la colgamos o ponemos en un sitio fresco y seco para que se oree bien. Y luego viene la forma de freírlo que es donde está la clave.