Un terremoto interno de Ciudadanos pide la cabeza de Inés Arrimadas para aupar a Begoña Villacís

Ciudadanos está a la deriva desde hace más de un año y nadie sabe cómo achicar el agua que hunde el barco. Inés Arrimadas, desde luego, no es un reclamo. Quizá por eso el comentario más escuchado entre los dirigentes de Ciudadanos es que la presidenta va a dejar sus funciones al frente del partido en estas próximas semanas con vistas a dejar las riendas a la reconocida vicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís. Por supuesto, esto no es más que un rumor que circula entre los altos cargos de Ciudadanos después de que Inés Arrimadas asegurara tras el fracaso de las elecciones andaluzas que haría «cambios profundos» en su partido. Pero el deseo generalizado en Ciudadanos es que Arrimadas asuma su derrota y deje de una vez por todas el partido.

Begoña Villacís tiene una doble estrategia. Por un lado, ha entrenado a sus responsables de prensa para que nieguen por activa y por pasiva que acabará en el Partido Popular. Y por otro lado, ha fichado a algún que otro «reconocido» político para que levante su imagen, pese a que quienes le conocen tienen una muy baja consideración profesional de él. El fichaje «estrella» de Jesús García, exnúmero dos de Marisa González (jefe de gabinete de Cristina Cifuentes), vivió del mérito y del prestigio del que sí goza quien llevó a Cifuentes al poder. Sin embargo, pese a que su labor con Villacís ha sido muy criticada a nivel interno, lo cierto es que en Ciudadanos entienden que la vicealcaldesa es la única que podría hacer «algo por levantar el partido».

La salida de Arrimadas es lo más comentado entre los dirigentes naranjas porque entienden que todos los fracasos que ha obtenido en las diferentes elecciones son suficientes como para costar su salida. Aún así, hay quien considera que lo que hará la presidenta naranja es fichar nuevas caras reconocidas para intentar levantar la formación de cara a las autonómicas y a las generales. Inés Arrimadas ya ha coqueteado con la vuelta al sector privado en más de una ocasión, pero nunca se ha lanzado a dar el salto porque quiere sobrevivir en la política y en la administración pública durante más tiempo. El problema es que los resultados de Andalucía pesan demasiado sobre la conciencia de Arrimadas.

Algunos entienden, tal y como aseguran, que el error de Inés Arrimadas fue precipitarse. Cuando salió de Cataluña después de haber conseguido los mejores resultados de la historia del partido para convertirse en la nueva Albert Rivera se convirtió en una líder poco respetada en el partido. Quizá se apostó demasiado por el personalismo de Rivera o quizás se debió nombrar a otro candidato. En cualquier caso, la llegada de Arrimadas supuso que Ciudadanos diera la espalda a la idea de convertirse en el nuevo PP para convertirse en un partido que apoyó a Pedro Sánchez en momentos complicados. La estampida posterior de cargos reconocidos como Toni Cantó o Juan Carlos Girauta es conocida por todos.

Sea como sea, lo cierto es que los rumores apuntan a que Inés Arrimadas sopesa dimitir pronto para dejarle las riendas a Begoña Villacís, la reconocida vicealcaldesa que lleva tiempo preparándose para ser cabeza de ratón. El PP le ha abierto las puertas de par en par a Villacís pero ella siempre ha querido flashes antes que asegurarse la supervivencia política. El fichaje del poco querido Jesús García no le ha reportado demasiados beneficios políticos, pero sí que dejó clara su intención de ascender. Tuvo la ocasión de presentar una moción de censura que ganaría con seguridad, pero se echó atrás en el último momento para no enemistarse con el PP, su plan de jubilación. Y ahora vuelve a sonar su nombre como candidata de Ciudadanos al Congreso. Con que las encuestas le den un escaño, podría tirar hacia delante.

EL PP TAMBIÉN QUIERE A INÉS ARRIMADAS

El Partido Popular está convencido de que la mayoría absoluta pasa por fagocitar por completo a Ciudadanos. Para ello, el fichaje de las caras más visibles de la formación naranja es una pieza clave. A Villacís ya le han hecho ofertas de todos los colores cuando Pablo Casado estaba al poder. Y ahora le ha tocado a Inés Arrimadas. Tras la debacle de Andalucía, el PP le ha abierto las puertas a Inés Arrimadas para que recaiga en la formación. Hay quien entiende en Génova que sería la candidata perfecta para presentar en Cataluña, aunque su salida haya deteriorado la imagen que los catalanes tienen de ella. Y hay quien cree que como simple parlamentaria tiene el suficiente tirón como para dar beneficios al PP.

En el Partido Popular saben que Inés Arrimadas no quiere volver al sector privado aunque ya haya coqueteado con su vuelta a la consultora D’Aleph. Sin embargo, Arrimadas aguantará todo lo que pueda por mucho que Villacís apriete por debajo. Hasta el momento, la posibilidad de meterse en el PP no la contempla, por mucho que los populares hayan dejado caer ofertas encima de la mesa de Arrimadas en varias ocasiones. Tampoco se siente responsable de la debacle de su partido en las comunidades autónomas. Y tampoco quiere saber nada sobre fichajes masivos de nuevos personajes reconocibles para que lleven candidaturas en otros territorios.