Las albóndigas de morcilla que tienen más sabor que las de carne

Es ver un plato de albóndigas y empezar a salivar como si fuera un labrador. Un plato de los de toda la vida, con años de tradición y con un sabor inigualable sin necesidad de añadir ingredientes exóticos o especias de otros países. Sin embargo, es una elaboración que puede acabar siendo repetitiva y acabemos aborreciendo este plato. Para que no te pase eso, te vamos a enseñar una receta de albóndigas en la que vamos a sustituir la carne picada, por una buena morcilla de Burgos.

PRIMER PASO: CORTAR Y PELAR LA MORCILLA

 albóndigas de morcilla

Antes de ponernos manos a la obra, tenemos que recordar que esta receta es muy sencilla y que no se necesita años de experiencia en la cocina o una estrella Michelin para lograr un resultado de matrícula de honor. Lo primero que tenemos que hacer es cortar la morcilla en trozos de unos dos o tres centímetros de grosor. No queremos ponerlas como tapa, sino que queremos que emulan a una albóndiga. Acto seguido, retiramos la capa exterior de la morcilla.