Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si tomas una cerveza todos los días

La cerveza es la bebida por excelencia no ya en otros países, sino en España. Tanto, que incluso aunque luego tomes otra cosa, la frase «unas cervezas» o «tomar una cerveza» es sinónimo genérico de salir a tomar algo. Los que adoran esta bebida defienden contra los abstemios o amantes de otro tipo de bebidas las bondades de tomarte una cerveza, los beneficios para el cuerpo, sean o no con alcohol. Vamos a ver si es así o no conociendo lo que pasa en tu organismo si la bebes a diario, aunque sólo sea una.

La cerveza forma parte de nuestra cultura. Y es que es la bebida más popular, consumida por el 84% de la población española española, con independencia de su sexo o rango social. Sin embargo, a pesar de ser un elemento clave en las reuniones sociales, ya sean presenciales u online, durante la pandemia ha bajado considerablemente su consumo. Ahora, saliendo ya de ese túnel tan largo, no sólo ha recuperado terreno sino alcanzado picos de consumo. Y es que, al contrario que en otros países, en España asociamos la cerveza a la ingesta de alimento acompañado de amigos o familiares, es decir, de una bebida eminentemente social.

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Otras consecuencias

cerveza

Beber cerveza a diario también afecta negativamente al ciclo del sueño, lo que hace que sea muy perjudicial para la salud general. Y es que el sueño reparador y las horas adecuadas es el pilar fundamental y la base sobre la que comienza una buena salud. “Si bebes poco tiempo antes de meterte en la cama, podrás ver disminuida tu calidad del sueño”, avisa Huggins. “El alcohol de la cerveza produce una secreción de ácidos gástricos que pueden producirte ardor y malestar abdominal, lo que además de ser poco placentero, también afecta a tu descanso diario”.

“Sabemos que un sueño débil o pobre interfiere mucho en el correcto funcionamiento del cerebro y nuestra energía disponible para el siguiente día”, afirma la dietista. “Beber demasiada cerveza puede causar una disrupción del sueño debido a que tus niveles de insulina se disparan en mitad de la noche, lo que hace que te mantengas dormido solo a un nivel superficial. Por tanto, a la mañana te sentirás un poco ‘groggy’ y nada descansado para el resto del día”, advierte.