Núñez Feijóo busca recuperar el voto del centro tras el traspié del aborto

El fichaje de Borja Semper y la presentación de un Plan de calidad institucional son los dos conejos que Alberto Núñez Feijóo ha sacado de la chistera con la intención de recuperar a los votantes del centro que podían huir despavoridos del PP tras la la irrupción en el tablero político estatal de las anacrónicas y perezosas propuestas antiabortistas de Vox en Castilla y León, agua de mayo, y nunca mejor dicho, para La Moncloa.

El líder de la oposición se intenta situar en un perfil moderado omitiendo que ha coprotagonizado, junto a Pablo Casado, el bloqueo del Poder Judicial durante cuatro años, siguiendo ambos la estela de José María Aznar (que hizo lo propio durante un año hasta que ganó en 1996) y Mariano Rajoy (que repitió estrategia anticonstitucional durante dos hasta que cayó por segunda vez en 2008).

Feijóo propone que gobierne la lista más votada, táctica con la que intenta añadir al relato político que el PP gobierna con Vox porque el PSOE se niega a respetar que gobierne la primera opción, que es un supuesto mayoritariamente apoyado por la ciudadanía (tal y como señala el CIS).

FEIJÓO CONTRA SÁNCHEZ

El expresidente gallego dice que el Gobierno sortea «reiteradamente los mecanismos de control institucionales y parlamentarios cuya misión es precisamente velar por la legitimidad» y sostiene que la degradación institucional se debe «al propósito deliberado de romper el equilibrio de poderes en beneficio de un Gobierno insaciable, alérgico a los controles y a las críticas».

En la actualidad, apunta, asistimos «a un mal disimulado intento de socavar instituciones fundamentales de nuestro ordenamiento y alterar los normales procesos legislativos con el interés de derribar todo aquello que el populismo o el independentismo consideran obstáculos para imponer su voluntad». «Quienes impugnan nuestras instituciones sólo soportan los mecanismos de control cuando pueden ser convenientemente controlados y manipulados por ellos», remata.

DUDAS… EN EL PP

Cuca Gamarra señala que el PSOE no acepta la apuesta de la primera opción porque «a Pedro Sánchez no le gusta esta propuesta porque sabe que va a perder las próximas elecciones generales y no piensa en ser el más votado, sino en fortalecer al máximo a sus socios y aliados para sumar con ellos, pero esto no es bueno para España».

«No queremos bloques contra natura como ocurre en el Congreso y en el Gobierno, con un Ejecutivo Frankenstein en el que los que consiguen sus objetivos son los que no creen en España y buscan romperla», apunta la secretaria general.

En su partido no hay unanimidad sobre este asunto, tal y como asegura la propia Isabel Díaz Ayuso, que accedió a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2019 pese a haber obtenido el peor resultado histórico del PP tras quedar segunda.

«Yo creo que si hay más escaños hacia un lado que hacia el otro que quieren un gobierno u otro… bueno… no lo veo mal. Lo que sí creo que es un sinsentido es lo que está pasando, de manera que minorías son quienes deciden por todos, y, sin embargo, los partidos que han obtenido más votos, que han quedado segundos o terceros o primeros y no han podido hacer gobierno se quedan fuera», asegura la presidenta autonómica.

Feijóo soslaya el perfil propio de Díaz Ayuso, la estrategia callejera de Vox y algunos dardos inesperados que está recibiendo y que están contribuyendo a que su imagen se haya desplomado en menos de un año. Un proyectil verbal le ha lanzado el presidente de la Plataforma de Eventuales de Correos, Mario Murillo, que dice que muchos de los males de la empresa pública tienen que ver con el que fue su presidente durante el aznarismo, el propio Feijóo.

El sindicalista denuncia: «Si nuestra reconversión en sociedad anónima estatal, la gran obra de Feijóo en 2001, fue como quitar el tapón y dejar que nuestros derechos se drenasen poco a poco por el desagüe, lo que buscamos es conseguir un marco que nos permita seguir vinculados, principalmente, a la satisfacción de las necesidades presentes y futuras de la ciudadanía. De ahí el requerimiento de inclusión en el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP), pues ya hemos comprobado que solo con la titularidad pública no alcanza para que Correos mantenga un rumbo social».