Autoridades de la Inspección del Trabajo y la Seguridad Social pusieron una multa a la compañía de gestión de agua en Castilla y León, Aquona, por no disponer de servicio de higiene adecuados para sus empleados de la planta ubicada en Los Ángeles de San Rafael, tras haber sido denunciados, porque esta compañía está registrada en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto).
De manera extraoficial se supo que esta compañía fue sancionada, porque cuando llegaron los inspectores de trabajo se percataron de que en la planta de Los Ángeles de San Rafael no existían las condiciones mínimas para que lo trabajadores de la planta pudiesen ducharse y guardar de manera adecuada sus pertenencias, para evitar la contaminación tras las jornadas de trabajo.
La inscripción en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto es un trámite obligatorio para todas aquellas industrias en las que sus trabajadores vayan a realizar actividades u operaciones en las que sus trabajadores estén expuestos o sean susceptibles de estar expuestos a fibras de amianto o de materiales que lo contengan tienen la obligación de inscribirse en este registro para garantizar la protección de sus trabajadores.
La paradoja de todo esto es que justamente este 28 de abril que se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la salud en el Trabajo, la compañía llena sus redes sociales sobre las medidas que supuestamente toman para garantizar la salud laboral de los empleados, cuando la realidad es que los trabajadores han denunciado en reiteradas oportunidades que la compañía no está atenta a sus demandas en temas de seguridad.
Entre los señalamientos hechos por los empleados de la compañía, aseguran que una de las exigencias de los reglamentos de estas compañías, es que la patronal debe asegurarse de que se cumple con el deber de lavar la ropa en el centro de trabajo, entre otras cosas, pero en el caso de Aquona, en su planta de Los Ángeles de San Rafael, es un ordenamiento que no se cumple y del que se han quejado los empleados en múltiples ocasiones.
En el documento que entregó la autoridad de Inspección de Trabajo a Aquona, tras hacer la revisión de las condiciones en las que trabajaban los empleados de la planta de Los Ángeles de San Rafael, señalan que la compañía de agua deberá disponer para sus trabajadores un lugar adecuado para el aseo, que cuente con espejos, lavabos con agua corriente y que salga caliente, si es necesario, jabón y toallas individuales u otro sistema de secado con garantías higiénicas. Pero además tendrán que disponer de duchas de agua corriente fría y caliente, puesto que habitualmente se realizan trabajos sucios, contaminantes o que originan elevada sudoración.
«Se requiere que se disponga de unos servicios higiénicos adecuados y vestuarios provistos de asientos y taquillas individuales, con llave, que tendrán la capacidad suficiente para guardar la ropa y el calzado. Dichas taquillas para la ropa de trabajo y la ropa de calle estarán separados cuando ello sea necesario por el estado de contaminación, humedad o suciedad de la ropa de trabajo», señala el documento que la inspectoría del trabajo entregó a Aquona donde aparecen las instrucciones que debe seguir la compañía para adecuar las condiciones de sus trabajadores.
Esta compañía encargada del suministro de agua en la población de Los Ángeles de San Rafael ya había sido denunciada también por los mismos residentes de esa localidad, debido a que tienen las tarifas de agua más elevadas de la zona y en muchas oportunidades el agua que sale por las tuberías es de muy mala calidad y presenta coloración turbia.
La realidad es que las tarifas están a cargo de la empresa gestora Aquona, cuyo presidente es Jesús García Del Valle, el responsable de que los afectados paguen tres veces más cada vez que les toca abrir el grifo. Esta empresa tiene la concesión porque ha sido la seleccionada por el promotor de las obras que dieron origen a esta comunidad.
El problema con esta comunidad segoviana es que llevar el agua desde el embalse de Los Ángeles hasta los hogares de sus habitantes es inmensamente costoso, muchos más que lo que pagan en los ayuntamientos vecinos, porque por un tema de gravedad, porque la localidad está ubicada a un nivel más alto de lo que se encuentra el área desde donde se saca el recurso, por lo que necesitan bombearla, pero además, son las comisiones de la empresa que lo gestiona lo que puede estar marcando la diferencia en lo que paga cada hogar en sus facturas.
Y ahora entonces tiene el problema de las condiciones en las que tienen a sus empleados, donde no les garantizan las medidas mínimas para no poner en riesgo su salud, por la posible contaminación con amianto, con todas las consecuencias que ello puede suponer para la plantilla.