Pedro Sánchez desata una caza de brujas contra sus asesores por el pésimo consejo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sabe que ha perdido el debate. Al menos es lo que reconoce con sus actos al haber desatado una caza de brujas en Moncloa por el pésimo asesoramiento recibido durante el cara a cara. Fuentes de Ferraz aseguran que hay un intenso nerviosismo entre los primeros espadas del presidente del Gobierno. Patxi López, entre otros, e incluso Santos Cerdán han salido mal parados después de ver el ridículo que ha hecho el líder socialista ante el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo. Mientras Pedro Sánchez busca responsabilidades, algunos de estos dirigentes han salido ante los medios a intentar paliar el golpe. Sánchez es frío cuando tiene que tomar decisiones internas y se avecinan curvas.

Falto de empatía y completamente desubicado, además de tembloroso y asiduo a las interrupciones a su contendiente. Parte del equipo del presidente del Gobierno no hizo bien su trabajo. Lo cierto es que desde el primer momento, con el bloque de economía, al presidente del Ejecutivo se le notó visiblemente nervioso. Los dos primeros golpes de Feijoo relacionados con la inflación, el coste de la cesta de la compra y los peajes le desubicaron y desde ese momento Sánchez estuvo tremendamente incómodo. Ahora en Moncloa se buscan responsabilidades y los propios asesores del líder socialista están nerviosos. Se avecinan cambios y Sánchez está molesto con cómo está desarrollándose la campaña. Y ya más de uno echa de menos a Iván Redondo.

Patxi López ha sido el primero en salir ante los medios de comunicación a intenta amortiguar el golpe que sabe que se avecina. «Feijóo puso en la mesa fango y barro, mentira tras mentira, y así no hay quien pueda hacer un debate ordenado y real», ha declarado. A su entender, no hay absolutamente ninguna autocrítica que realizar debido a que todo fue culpa de Feijoo y el presidente no hizo más que un papel impecable. Sin embargo, las noticias que se filtran desde Ferraz son bien distintas. El presidente está visiblemente molesto con lo ocurrido y quiere nuevas voces que le asesoren y que se asuman responsabilidades entre quienes le dijeron que en el bloque económico era una buena idea hablar de cifras macro cuando algunos españoles no pueden ni pagar la cesta de la compra.

No hubo un solo bloque en el que Sánchez estuviera preparado. Ni siquiera fueron capaces de prever que Alberto Núñez Feijoo podría atacar con ese compromiso que el PSOE ha adquirido con Bruselas para imponer peajes en todas las autovías españolas. Son muchos más los que pasaron por el despacho del líder socialista esta pasada semana para trabajar en cómo preparar el cara a cara contra Alberto Núñez Feijoo. Habrá otras oportunidades con las que mejorar la imagen del presidente y desde Ferraz auguran que no habrá fusilamientos políticos previos a las elecciones. Pero lo cierto es que se tomarán decisiones porque la campaña electoral no está yendo como le gustaría al presidente del Ejecutivo.

La cruda realidad es que Sánchez se ha apoyado en esa vieja guardia política que, en algunos casos, convivió en el mismo piso en Bruselas. Pero no parece que los resultados estén siendo óptimos y ya hay quien hace bueno a Iván Redondo. Patxi López, el único que se ha atrevido a ir a los medios de comunicación a hablar de lo ocurrido, ha asegurado que Sánchez no ha perdido «porque nunca puede ganar la mentira, el engaño ni la falta de proyecto». Pero en el fondo sabe que hay movimiento en Moncloa e incluso se escucha cómo se afilan cuchillos. Sánchez es preciso, frío, directo e inesperado. Y si no que le pregunten a Juan Carlos Campo, el ministro defenestrado más impresionado por las formas del presidente.