La encrucijada de Pere Aragonès para mantener la Generalitat

Pere Aragonès tiene un serio dilema tras la debacle electoral del pasado 23 de julio. El presidente de la Generalitat y ERC deben decidir si pactan con el PSC y los ‘comuns’, como han hecho para la Diputación de Barcelona, Lleida y Tarragona; o bien volver al enfrentamiento por la independencia de Cataluña y abrazar de nuevo a Junts y la CUP para sacar adelante los presupuestos catalanes.

Las distintas almas de ERC apuntan a direcciones diametralmente opuestas tras dejarse por el camino 400.000 votos y seis de sus trece escaños en los pasados comicios, tras perder otros 300.000 en las municipales. Los partidarios más conservadores consideran que mantener la Generalitat es clave para tratar de protagonizar la remontada, mientras que los reaccionarios exigen unas elecciones anticipadas en otoño antes de continuar con la sangría.

Mantener la Generalitat hasta 2025 daría un balón de oxígeno para ERC, al menos aparentemente, pero también daría más tiempo al PSC a reamarse aún más y poder vampirizar a los desencantados y moderados de la formación, como ocurre con Junts. La estrategia socialista ha funcionado hasta tal punto que el PP ha ganado en votos a ERC y Junts en Cataluña en las pasadas elecciones, mostrando un independentismo más debilitado que nunca, con 14 diputados frente a los 21 que obtuvieron hace cuatro años. La CUP, además, ya no es obstáculo al quedarse fuera del Congreso tras obtener dos asientos en 2019.

SALVADOR ILLA Y EL PERFIL BAJO DEL PSC GOLPEAN A ERC

ERC nada ahora entre dos aguas bravas. Sus pactos con el PSC o el PSOE podrían devolver más votos a los socialistas de Salvador Illa, motivo por el cual los republicanos de Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y el propio Aragonès han consultado a la militancia sobre qué hacer en este escenario. Sus votos son clave para reeditar un Gobierno dependiente de los independentistas, mientras que por otro los votantes no perdonan las andanzas e idas y venidas ante una falta de liderazgo claro.

Los partidarios de ERC más conservadores consideran que mantener la Generalitat es clave para tratar de protagonizar la remontada

El separatismo más radical, por su parte, abogó por la abstención al no tener nada que negociar con el Estado, mientras exige la implementación de los resultados del 1-O, un referéndum que llevó a Oriol Junqueras a prisión durante tres años. El indultado por Pedro Sánchez se ha erigido como el líder, nadie le disputa el cargo, pese a su inhabilitación, y su dedo escogió a los cabezas de lista por el Congreso y el Senado, con Gabriel Rufián y Ernest Maragall, respectivamente. Una elección personal que no tuvo el efecto deseado.

ERC tendrá que construir el relato para convencer a los independentistas y descontentos con la formación republicana a la hora de explicar su escarceo con el PSC. El objetivo es complicado debido a los ataques a dos bandas, la de los socialistas por el lado progresista y unir a las fuerzas de izquierdas, mientras que Junts apela al corazón del independentismo con un referéndum para iniciar los pasos de la negociación tras las «mentiras de Pedro Sánchez».

PERE ARAGONÈS ESCONDE LA ESTELADA, MIENTRAS JUNTS LA IZA EN WATERLOO

Los republicanos de Junqueras y Aragonès tratan de desviar la atención sobre la financiación autonómica y otras medidas sociales antes que la ruptura de Cataluña con el resto de España. De hecho, esta cara se ha mostrado durante la más que cuidada campaña electoral de Rufián, sin banderas ‘esteladas’ ni soflamas independentistas, como dando por muerto el ‘procés’.

Pere Aragonés, candidato de ERC
Pere Aragonés, candidato de ERC

Así se explican los pactos entre socialistas y republicanos tras las municipales, un hecho que no ha pasado factura a Illa en las urnas, sino todo lo contrario. Ahora ERC trata de contentar a todos, una estrategia peligrosa dado que serán las bases del partido las que tengan la última palabra en caso de un acuerdo de Junqueras con Sánchez. Los afiliados republicanos tendrán así dos posibles lecturas en caso de acuerdo. Si éste es válido o bien ERC no debe pactar con el PSOE de nuevo bajo ningún concepto.

Los líderes de ERC sopesan poner la financiación como eje vertebrador en la mesa de negociación, donde se sentará el arquitecto del 1-O, Josep Maria Jové, y Marta Rovira, quien se marchó a Suiza para esquivar a la justicia española. Esta estrategia tiene un fuerte calado en el electorado catalán, donde también preocupan los recortes por la descomunal deuda acumulada. Salvador Illa ha dejado la puerta abierta para hacer quitas de deuda procedentes de los Fondos de Liquidez Autonómica (FLA), que deberían extenderse al resto, como Valencia y Andalucía.

LA DIFÍCIL CONVIVENCIA DE ARAGONÈS CON JUNTS

Otro de los puntos del sistema de financiación sería diseñar un concierto vasco a la catalana, pero de nuevo chocaría directamente con la Constitución y el PSOE no tiene poder ni mayorías para modificarla a su antojo.

Con todo, ERC sería una de las formaciones perjudicadas en Cataluña en caso de una repetición electoral y por este motivo trata de engatusar a Junts para negociar conjuntamente y alcanzar un acuerdo de investidura eliminando las cuestiones tan cruciales como una consulta de independencia, pero los de Carles Puigdemont no ceden ni tiene visos de que vayan a recular dado que el PSOE necesita sí o sí los siete apoyos de Waterloo. Esta situación de máximos es la desesperación de Pere Aragonès, que ve como las vías de agua son numerosas en todo el territorio catalán y no hay fórmula mágica para achicar la fuga de votos.