El PSC de Salvador Illa se presenta como el partido más constitucionalista de Cataluña en la precampaña electoral, pero gobierna en coalición el 7% de los municipios de Cataluña con Junts o ERC. Un total de 70 pactos directos con los postconvergentes de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Los socialistas buscan ahora mostrar una cara muy distinta a la pactada con los separatistas al mostrarse como árbitros de la situación posterior al ‘procés’, la que ellos mismos ayudaron a crear con el Estatuto de Autonomía de 2006, epicentro del inicio del órdago separatista, y que fue cercenado por el Tribunal Constitucional en 2010, bajo un Gobierno socialista.
Los de Salvador Illa buscan mimetizarse con el espectro independentista para obtener votos tanto del bloque de Puigdemont como del de Oriol Junqueras, un trasvase que podría alcanzar entre el 20% y el 30%, es decir, restar votos al separatismo para sumarlos después. Para ello, el exministro de Sanidad trata de ponerse el disfraz de conciliador, como si de un salomón catalán se tratara, en la lucha de bloques en Cataluña, donde los independentistas exigen el referéndum y la consecución del objetivo, retorciendo la Constitución, mientras los constitucionalistas apuntan directamente al PSC al señalarle como la «muleta necesaria» del separatismo para azuzar el fuego de la confrontación.
Los socialistas del PSC son expertos en esta estrategia, más cuando tienen ahora el apoyo de medios de comunicación para divulgar más rápidamente la propaganda. Los movimientos se suceden para situar a Illa como el pacificador de la región de Cataluña, pese a la tranquilidad vivida tras la ejecución del 155 de la Constitución y las posteriores investigaciones judiciales. De hecho, el propio candidato acudió a las manifestaciones del constitucionalismo, como la del 😯 de 2017.
EL PSC RENIEGA DEL REFERÉNDUM, PERO TAMBIÉN RECHAZÓ LA AMNISTÍA
En 2021 ya no hubo apenas algaradas, como en 2022 y en 2023. La Cataluña ‘procesista’ había caído y Carles Puigdemont no era más que una caricatura de sí mismo, como se vio en las elecciones de febrero de 2021, las municipales de 2023 y las generales del 23-J, por detrás del PPC.
No obstante, el arquitecto de la estrategia del PSOE para llevar el ‘procés’ al resto de España y encumbrar a los nacionalismos, especialmente el gallego, vasco y catalán, ha faltado a su palabra cuando aseguró que no se iban a conceder ni indultos ni amnistías. Ahora reniega del referéndum, pese a haber pactado con ERC alcanzar un acuerdo para realizar la consulta, independientemente de si votará el resto de España o bien solo lo hará Cataluña.
Así las cosas, el PSC de Salvador Illa pone ahora el foco en los servicios públicos, desentendiéndose de los pactos alcanzados con Junts y ERC, ni más ni menos que 70 desde las pasadas elecciones municipales celebradas hace diez meses. Desde el PSC han pasado por alto estas negociaciones y pactos durante la precampaña, centrada ahora en asuntos públicos, especialmente los funcionarios, para no quedar en evidencia ante los constitucionalistas y los independentistas, como si ese debate fuera con otros.
No obstante, Salvador Illa y sus diputados en el Senado y en el Congreso, así como en el Parlament, se han mostrado a favor de los indultos y la amnistía, que ha roto por los cuatro costados a sus votantes. Y es que, en las elecciones municipales se aseguró que no habría amnistía para los condenados por el 1-O, mientras que se hizo lo mismo el 23-J. No obstante, en estos comicios se pondrá de manifiesto si realmente los catalanes avalan las tesis de Pedro Sánchez en un terreno muy favorable a Illa.
SALVADOR ILLA PACTA MÁS CON JUNTS Y ERC QUE ENTRE ELLOS JUNTOS
Y es que, Cataluña se ha convertido en el primer granero de votos del PSOE y las encuestas apuntan a los 40-42 escaños, casi el doble que ERC y por encima de Junts. No obstante, el PPC de Alejandro Fernández tiene también buenas perspectivas, triplicando los escaños, una muestra de que el constitucionalismo podría movilizarse contra la estrategia del PSC, toda vez que ha pactado con Junts y ERC y no se descarta que vuelva a hacerlo como se hizo en 2006, con un tripartito con la izquierda separatista.
El PSC exigió que el catalán fuera la única lengua vehicular en la Administración y en la escuela
Ese mismo gobierno autonómico, comandado primero por Pasqual Maragall y después por José Montilla, aprobó un Estatuto de Autonomía inconstitucional, exigiendo que el catalán fuera la única lengua vehicular en la Administración y en la escuela, mientras que exigía que el TSJC fuera la última instancia judicial en Cataluña, y que las inversiones del Estado deberían alcanzar el peso de Cataluña en el PIB, unas peticiones que eran un mero papel mojado.
No obstante, ERC ha cambiado completamente, redoblando su apuesta por la independencia, por la que no ha luchado ni una sola vez desde 2021 y hasta octubre de 2023, cuando puso encima de la mesa las cinco vías para abrir el referéndum. El PSC ha mostrado, a su vez, sus dotes para navegar en esas aguas turbulentas.
LA VUELTA DEL ‘PROCÉS’ DE LA MANO CON EL PSC
Por un lado, ha sabido endulzar la negociación con los republicanos, sin que estos llegaran a poner en apuros el Gobierno de Pedro Sánchez; mientras han dado de lado a Junts. Mientras tanto, el PSC ha alcanzado más acuerdos de gobiernos en los Ayuntamientos con los de Puigdemont que con los republicanos, más incluso que entre Junts y ERC juntos.
Pere Aragonès, presidente en funciones de la Generalitat y candidato de ERC, ha puesto ahora el referéndum encima de la mesa, con una pregunta sencilla y que haría saltar por los aires la Constitución Española: «¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?». A juicio del líder de ERC, la pregunta tendría cabida en el artículo 92 de la Constitución.
«Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. El referéndum será convocado por el rey, mediante propuesta del presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados», señala la Carta Magna. Para Aragonès, la situación en Cataluña es una cuestión política y el escenario sería terrorífico para quienes creen en la unidad de España, recogida también en la Constitución.
El PSOE y el PSC han argumentado desde el 23-J que la amnistía era una cuestión política, como lo fueron los indultos. La respuesta de los españoles, en caso de que se materialice este órdago, podría dar lugar a sorpresas, especialmente por el hartazgo, un debate que lleva de nuevo al inicio del ‘procés’, pero esta vez en toda España y no solo en Cataluña.