El jurado popular ha declarado este viernes culpable de asesinato, pero no con ensaƱamiento, al acusado de matar a su ex pareja Lorena DacuƱa en GijĆ³n, en 2020.
AsĆ lo han hecho tras la celebraciĆ³n del juicio en la SecciĆ³n Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en GijĆ³n, en la que el procesado se ha limitado a decir, en su derecho a la Ćŗltima palabra, que ya dijo la Ćŗltima vez todo lo que tenĆa que decir. Ā«Ya me excusĆ©, ya pedĆ perdĆ³nĀ», ha seƱalado.
La FiscalĆa ha modificado su peticiĆ³n de pena, en el sentido de bajar de diez a cinco aƱos su solicitud de libertad vigilada, pero mantiene los 20 aƱos de cĆ”rcel y los 60.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
Tanto la letrada de la AbogacĆa del Estado como la defensa se han adherido a la peticiĆ³n de la FiscalĆa. Por su parte, la acusaciĆ³n particular se ha mantenido en solicitar una condena de 25 aƱos de prisiĆ³n y tambiĆ©n diez de libertad vigilada, asĆ como una indemnizaciĆ³n para el hermano de la vĆctima, de 60.000 euros. La acciĆ³n popular, por su lado, se ha adherido a la peticiĆ³n de la acusaciĆ³n particular.
RELATO DE HECHOS
Cabe recordar que, durante el juicio, el procesado reconocĆa los hechos, pero con matices respecto al relato fiscal, ademĆ”s de que afirmĆ³ no ser consciente, en el momento de los hechos, de haberla apuƱalada, y tan solo al ver la sangre se dio cuenta de la gravedad y se marchĆ³.
Asimismo, habĆa negado que hubiera maltratado a Lorena en los ocho aƱos de relaciĆ³n que habĆan mantenido ni tampoco despuĆ©s. SĆ confesĆ³ que cuando se enterĆ³ de que ella estaba con otro una noche fue a su casa a coger un cuchillo al salir de trabajar y se desplazĆ³ en bus nocturno hasta el domicilio de la vĆctima, donde esperĆ³ a que subiera la pareja. Una vez en la entrada del piso, les empujĆ³ y el cuchillo se rompiĆ³, y entrĆ³ en la casa a por otro.
SegĆŗn su versiĆ³n, fue el momento que el acompaƱante de su ex pareja aprovechĆ³ para huir cogiendo la mochila del acusado, y por eso saliĆ³ corriendo detrĆ”s hasta el portal, sin alcanzarle. Al subir de nuevo, el procesado habĆa declarado que la mujer se abalanzĆ³ sobre la mano en la que sostenĆa el cuchillo y que creĆa que ahĆ se debieron producir las puƱaladas, que dijo no recordar.
Respecto el acompaƱante, que reside en Portugal, se leyĆ³ en el juicio su testimonio primero en el juzgado, al no presentarse a la vista oral. Este alegĆ³ que pensĆ³ que el acusado era el marido de la mujer y que se marchĆ³ por temor a que la agrediera. Asimismo, dijo no haber visto el cuchillo pero sĆ escuchar al procesado llamar a la vĆctima Ā«putaĀ» varias veces.
En el juicio tambiĆ©n han testificado peritos forenses y policĆas. De su relato se pudo constatar que la mujer recibiĆ³ una veintena de heridas incisas con el cuchillo, que era de grandes dimensiones, y que una puƱalada en el corazĆ³n fue lo que le causĆ³ la muerte, si bien tardĆ³ unos minutos en fallecer. TambiĆ©n se seƱalĆ³ que estas heridas fueron intencionadas.
Sobre el paso por la cĆ”rcel tras el arresto del acusado, un perito explicĆ³ que este llegĆ³ a decir a otros presos que no se arrepentĆa de lo que habĆa hecho y que su ex pareja Ā«se lo merecĆaĀ», llegando incluso a amenazar tanto al acompaƱante de la vĆctima aquella noche como al hermano de esta.
Por parte de otros peritos, se remarcĆ³ que el acusado no tenĆa mermadas sus facultades ni volitivas ni cognitivas esa noche, pese a que dijo que habĆa consumido droga y bebido mucho alcohol, y que no parecĆa ningĆŗn trastorno.