Espantada de los “miserables” que desearon mal a los hijos de Iglesias

Pablo Iglesias e Irene Montero han abandonado la escena pública, y lo han hecho por una razón de peso: sus dos hijos mayores, gemelos, se encuentran hospitalizados. Leo y Manuel nacieron a los seis meses de gestación, muy pequeños, y tuvieron que permanecer en el hospital tres meses. Tres meses en los que Irene Montero dejó todo aparcado para volcarse en sacar adelante a sus hijos. La pesadilla se repite dos años después. Los pequeños han tenido que ingresar en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid a causa de una bronquiolitis. Iglesias y Montero no han dudado en aparcar su agenda pública. Ahora quienes les necesitan son sus hijos. Sin embargo, los líderes podemitas suscitan tanto odio en algunos sectores, que este hecho ha sacado lo peor de algunas personas, deseando que los pequeños no se recuperen. La presión social esta vez ha defendido a los infantes, y ha provocado la espantada de estos miserables.

IGLESIAS Y MONTERO CANCELAN TODO: SUS HIJOS INGRESAN EN EL HOSPITAL

La noticia saltaba inmediatamente: Irene Montero cancelaba su comparecencia en el Congreso. Poco después, Pablo Iglesias también comunicaba que cancelaba su agenda pública. El Gobierno comunicaba que los dos ministros estarían centrados en su familia en los próximos días ya que los mellizos prematuros habían caído fuertemente enfermos. Hoy se ha sabido que es una bronquitis lo que ha llevado a la paraje de Podemos de vuelta al Hospital Gregorio Marañón de la capital.

LOS DESALMADOS NO TARDAN EN APARECER

Desde el minuto uno, los desalmados y miserables perfiles (o robots) de la ultraderecha ha aprovechado el drama familiar de unos niños muy especiales para cargar las tintas contra los padres. Las redes tienen este poder de concitar también lo peor de las personas y las voluntades.

«No tengo nada contra esas criaturas, pero como los padres me dan mucho asco, no les deseo una rápida cura. Así sus padres dejan de dar por saco», publicaba despreocupada la usuaria @anacanalperez. No fue la única que destiló veneno contra los niños de Iglesias por ser sus hijos.

La presión social hace que los miserables que atacan a los hijos de Iglesias cierren sus cuentas

«No tengo nada en contra de los críos, pero teniendo en cuenta de que existe la posibilidad de que sigan los pasos de sus padres, no voy a llorar si no salen del hospital, justicia divina lo llaman…» afirmaba un tal Nestor @xxXNesTXxx.

Antes tal graves afirmaciones, han salido a la palestra miles de usuarios para responder a sus impíos mensajes en las redes sociales. Miserables, degenerados, son algunas de las fórmulas más suaves que ha utilizado la comunidad para expulsar a estos desalmados. Y lo han conseguido. Sean personas reales o bots de sectores en las antípodas de Podemos, lo cierto es que han eliminado las cuentas, probablemente a causa de la exposición y los ataques que han recibido, justificados, por las barbaridades vertidas sobre los hijos de Iglesias.

DOS AÑOS DIFÍCILES PARA IGLESIAS Y MONTERO

Fue Irene Montero la primera en dar la feliz noticia: ella y Pablo Iglesias iban a formar una familia, con dos criaturas. Ya entonces la número dos de Unidas Podemos expresaba su deseo de que todo fuera bien. Sin embargo, los mellizos, que recibieron el nombre de Leo y Manuel, se adelantaron, naciendo prematuramente a los seis meses. Demasiado pequeños. La pareja temió que no salieran. Entonces todos los signos políticos les mostraron su apoyo y ayuda -algunos, como Pablo Casado, ya habían pasado por ello-. Sin embargo, también entonces hubo quienes desearon mal a los niños recién nacidos a un mundo con demasiado odio en las redes.

Durante estos dos años, no ha trascendido ninguna foto de los niños, salvaguardando Iglesias y Montero siempre su privacidad. Han recibido a una hermana, Aitana, que también nació prematura pero con menores complicaciones que sus hermanos mayores. Desde hace meses, los niños conviven con el escrache continuo en su casa de Galapagar.