¿Quién tiene más sexo? ¿Solteros o casados?

Uno de los errores que más practicamos con respecto al sexo es el de evaluarlo de acuerdo al estado civil que tienen las personas involucradas. Sin embargo, parece que esto no es concluyente. Estamos hartos de escuchar la expresión de «tienes menos vida sexual que un casado». Pero, ¿hasta qué punto esto es cierto? ¿Es más y mejor la actividad sexual de las personas solteras? Debido a la guerra entre ambos estados civiles, son varios los estudios que recogen las preguntas para mostrar resultados óptimos.

De forma común, los solteros se creen que son los que tienen una mayor y mejor vida sexual. Las parejas casadas, por el contrario, quedan relegadas a un segundo plano debido a las múltiples tareas a las que deben hacer frente. Si se tienen niños, estos ocupan gran parte del tiempo, sino, la rutina, dicen, consigue matar el deseo. ¿Es esto verdad?

Para llegar a las conclusiones oportunas, es bueno echar un vistazo a los estudios realizados sobre el tema. Descubre quién tiene más sexo. ¿Los solteros, como creen, o los casados?

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La confianza, clave en la relación

comunicacion pareja

De acuerdo a estos datos ofrecidos por el estudio, parece que la confianza no consigue más que aumentar la pasión en la pareja. Esto se traduce en que se mantienen relaciones sexuales de una forma mucho más natural, abierta y placentera. Esto no ocurre siempre en los romances esporádicos, debido, precisamente, a la falta de conocimiento y comunicación entre ambas partes.

Otros estudios nacionales también arrojan algo de luz al respecto. Por ejemplo, en el primer año de convivencia como casados, la media de los encuentros es de 3,2 a las semana. Las cifras van bajando conforme pasa el tiempo. A los tres años, suele ser de 1,9 encuentros semanales y, a partir de ahí, de uno a la semana.

Las cifras bajan, precisamente, porque va disminuyendo esa comunicación con la pareja. Parece, al fin y al cabo, que la rutina sí es capaz de destruir el deseo, pero siempre que nosotros mismos la dejemos hacerlo. Trabajando el sexo de forma diferente, poniendo de nuestra parte para reavivar la llama y manteniendo la confianza con la pareja, esto no tendría que suceder. La imaginación, en estos casos, puede ganar la batalla.