La guerra de Interior remata el prestigio de Jorge Fernández Díaz

Jorge Fernández Díaz está sufriendo un agitado final de trayecto político. El exministro del Interior sigue perdiendo prestigio en las filas conservadoras mientras se desarrolla el juicio de la ‘operación Kitchen’ que en tan mala imagen deja al Gobierno de Mariano Rajoy. 

La posible guerra sucia del Partido Popular contra sus adversarios políticos y la utilización de fondos públicos para salvaguardar la integridad judicial de la formación que lideró Mariano Rajoy están poniendo en un brete a Fernández Díaz, que ha desarrollado una carrera política de más de cuatro décadas. 

DE LA UCD AL PP 

Jorge Fernández Díaz fue una de las estrellas de la UCD en la Barcelona de la Transición. Este ingeniero vallisoletano de raíces navarras saltó sin suerte posteriormente al CDS para acabar recalando finalmente en AP, que se reconvertiría en el Partido Popular actual. 

Su cercanía a Mariano Rajoy le proporcionó varios cargos relevantes durante las dos legislaturas de José María Aznar y, tras el salto de su amigo a la presidencia del PP, Fernández Díaz se convertiría en uno de los hombres fuertes del ‘marianismo’. 

A finales de 2011 Rajoy lo designó como ministro del Interior y su ajetreado teléfono móvil se llenó de unos mensajes de felicitación por parte de miembros destacados del nacionalismo catalán con el que el PP coqueteó hasta la cristalización del procés. 

CAREO DOLOROSO

Fernández Díaz se refugia en la religión y sus artículos más cercanos a la Comunión Tradicionalista que a la línea política del PP o Vox. El exministro no salió bien parado de su careo contra su ex número dos, Francisco Martínez.

«Me has llamado idiota integral, me has llamado cabrón, me has llamado hijo de puta, me has llamado miserable junto a Mariano Rajoy y Soraya Saénz de Santamaría, me has llamado bobo… Por tanto, no había mucho afecto de ti hacia mí», le espetó Fernández Díaz a Martínez. 

Martínez explicó que, aunque desconocía el nombre de la operación, sí que realizó trabajos comprometidos por encargo de su exjefe: «Jamás ni él ni yo oímos hablar de un operativo que se llamase Kitchen, ni nada parecido, pero me ratifico íntegramente en que a mí me llama (Fernández Díaz) para pedirme una información de un señor que era informador y recabo esa información».

No guarda buen recuerdo Martínez del partido que ha dado la espalda tanto a él como a Fernández Díaz: «Es una actitud inmoral e indigna del Partido Popular. Si el PP del señor Pablo Casado no sabe cuidar a la gente que ha trabajado bien, mucho me temo que no sabrán cuidar nunca a los españoles que no conocen».

FITERO 

Uno de los aspectos más comprometidos en el plano moral para Fernández Díaz es la presunta utilización de guardias civiles en la localidad de la que era originaria su madre, Fitero (Navarra), para conocer algunos asuntos. 

«Hasta el capitán del puesto de Fitero te mandaba cosas a tu teléfono», le espetó Martínez. Jorge Fernández Díaz se defendió como pudo: «¿Pero qué estas diciendo? No hagas más desagradable esto de lo que es». 

El digital navarro e-Ribera.com recuerda que Fernández Díaz en sus paseos por Fitero «parecía creer que tenía poderes propios de la Edad Media» e «impulsó de forma personal la construcción de un cuartel en Fitero que fue criticado por la propia Guardia Civil, que no creía que la supuesta criminalidad que se disparó en la villa fuese razón suficiente para invertir dos millones de euros en esta obra. 

La Asociación Unificada de Guardias Civiles afirmó desconocer «qué motivos existen para abrir otra vez este cuartel, puede ser que el señor ministro tenga familia en Fitero y amistades, como el alcalde del pueblo (Pachi Yanguas), donde veranea todos los años».