Los independentistas se rasgan las vestiduras, vierten sus amenazas y su odio por la obligatoria vacunación de los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil por orden judicial por la discriminación de la Generalitat. Las amenazas y el odio se inoculan a través de redes sociales, periódicos y declaraciones públicas por parte de cargos con responsabilidad política y del ámbito sanitario.
La comparación de agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil con los nazis y fascistas es la más recurrente, como ha llegado a publicar ‘La Mañana de Lleida‘ a través de una viñeta del premiado argentino Ermengol Tolsa. En esta viñeta aparece un policía con cara de pocos amigos golpeando a otro funcionario, un sanitario obligado a vacunarle, mientras un juez con el distintivo de la bandera de España y cara de maligno se frota las manos. El puño del policía tiene una esvástica nazi.
El dibujante ganó «el prestigioso premio Mingote que otorga el diario ABC de Madrid», según afirma en su propia página web.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña aceptó la petición de sindicatos policiales y de la Guardia Civil al apreciar una «apariencia de discriminación» por parte de la Generalitat hacia ambos cuerpos por no vacunar a los agentes al mismo ritmo que a los Mossos d’Esquadra y policías locales, quienes han recibido ya las dos inyecciones prácticamente al 100%.
LA GENERALITAT CULPA A «MADRID»
Para la Generalitat, que había iniciado la vacunación de estos agentes en marzo, no existe tal discriminación, pero los números cantan. Tan sólo el 15% de los agentes de la Guardia Civil, unos 400 de un total de 3.000, y el 9% de los miembros de la Policía Nacional.
«No es Cataluña quien frena la vacunación, sino el Estado quien frena toda vacunación con AstraZeneca», se excusó la portavoz del Govern, Meritxell Budó.
«Y cuando se retoma solo se hace para los colectivos que tienen entre 60 y 69 años», añadió. Sin embargo, la propia Generalitat silenció los riesgos derivados de esta vacuna, prohibida ya en numerosos países por la aparición de trombos y el número de fallecidos.
ARGIMON, EL GURÚ SANITARIO DE LOS INDEPENDENTISTAS
El secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, por su parte, fue más allá. «Cumpliremos, pero para ello retrasaremos la vacunación de gente de 70 años, ahí lo dejo». rehuyó avanzar nada al respecto, para luego afirmar que «en Cataluña no se discrimina por edad, género, creencia, ni por nada». «Me da igual si es mosso o un guardia civil, me importa un pepino la profesión que tienen», prosiguió.
La realidad es que las vacunas no se inoculan así como así, sino que cada Comunidad Autónoma establece una serie de criterios. De hecho, la Policía Nacional y la Guardia Civil debían aparecer en el mismo bloque que otros funcionarios, como bomberos, mossos y policías locales. Éstos, sin embargo, fueron calificados como «personal prioritario» tal y como apunta la sentencia del TSJC, que tumbó los criterios escogidos por la Generalitat para apartar de las colas a los agentes de ambos cuerpos.
se ha politizado y judicializado desde Madrid
Una muestra de la «apariencia de discriminación» que se da en Cataluña, por mucho que Argimon diga lo contrario. ¿Por qué no se estableció el mismo criterio para los mossos que para los guardias civiles o policías nacionales cuando realizan prácticamente el mismo trabajo? Es una pregunta que Argimon no podría responder sin echar balones fuera.
Argimon mostró su enfado por tener que incluir a los policías nacionales y guardias civiles en las listas de vacunación -tienen 8 días para vacunar a todos ellos- ya que, a su juicio, «se ha politizado y judicializado desde Madrid«, pese a que la Generalitat mostró su discriminación y el tribunal es precisamente catalán.
LOS MOSSOS INDEPENDENTISTAS CARGAN CONTRA LOS «PIOLINES»
Hasta el conocido Albert Donaire, un mosso independentista, ha cargado contra los «piolines», -mote que reciben los policías nacionales a raíz del dispositivo del 1-O- porque se han vacunado con «moderna» mientras que los mossos lo han hecho con Astrazeneca. «Cornudos y a pagar la bebida», aseguró en Twitter.
Con este cóctel periodístico-político, los usuarios en redes sociales han amenazado a agentes de policía. «Si mi madre fallece porque se ha puesto la vacuna a un policía antes que a ella los mato«, afirma un usuario.
«No nos hagamos trampas al solitario, que aquí hay muchos mossos que también han golpeado a gente, se han tocado los huevos, y ya están vacunados. En todas partes el pastor cuida más el perro que las ovejas» afirma un independentista.
EL CALDO DE CULTIVO INCENDIA TWITTER
«Los maestros fueron vacunados con AstraZeneca como todos los jóvenes. Los mayores de 70 años con Pfizer a medida que van llegando las dosis. Una cosa que nada tiene que ver con la otra. Ahora, la de Astrazeneca está parada por orden de Madrid. ¿Deben vacunarse los policías con los vacunas de los grandes?», dice otro.
«¡Los Mossos son la policía integral en Cataluña. El resto son fuerzas de ocupación!», añade otro, un mensaje viralizado por un cuenta ‘exiliada’ de España. Las declaraciones de Argimon han provocado una dura reacción por parte de la oposición.
El portavoz de Cs en el Parlament, Nacho Martín Blanco, ha exigido la dimisión del secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, por haber dicho que el cumplimiento de la sentencia del TSJC supondrá retrasar la vacunación de los ciudadanos de más de 70 años.
«Son declaraciones inadmisibles, intentando intoxicar la vida pública e intentando poner la Guardia Civil y la policía española en el punto de mira«, ha afirmado Martín Blanco, una palabra que se producen tras el reguero de cartas amenazantes a políticos, como Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias. El dirigente de Cs en Cataluña considera que la discriminación se produce por una «razón ideológica».