La histórica asignación de 650.000 millones de dólares (553.000 millones de euros) en derechos especiales de giro (DEG), el activo de reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha entrado en vigor este lunes, según ha confirmado la directora gerente de la institución, Kristalina Georgieva.
La distribución de los DEG se realiza en función de la cuota de participación de cada uno de los 190 países miembros del FMI, por lo que a España, con una cuota del 2%, le corresponden 13.000 millones de dólares (11.111 millones de euros) en derechos asignados.
De este modo, alrededor de 375.000 millones de dólares (320.521 millones de euros) corresponden a las economías avanzadas y otros 275.000 millones de dólares (234.130 millones de euros) se destinarán a los países emergentes y en desarrollo, de los cuales los países de bajos ingresos recibirán alrededor de 21.000 millones de dólares (17.879 millones de euros), lo que equivale a un 6% del PIB en algunos casos.
La institución internacional ha destacado que los miembros disfrutan de un alto grado de libertad para gestionar los DEG asignados y ha expresado su confianza en que la asignación tenga importantes beneficios macroeconómicos para la economía global y para los países miembros, ya que se trata de un instrumento único que apoya a todos los países miembros del FMI, aumenta las reservas, ayuda a generar confianza y envía una poderosa señal de cooperación frente a la crisis de la Covid-19.
«Los países pueden utilizar el espacio proporcionado por la asignación de DEG para apoyar sus economías e intensificar su lucha contra la crisis», ha señalado Georgieva.
«Para maximizar los beneficios de esta asignación, el FMI impulsa la canalización voluntaria de algunos DEG desde países con posiciones externas sólidas hacia otros más necesitados», ha añadido la directora del FMI.
En este sentido, la economista búlgara ha recordado que algunos miembros ya se han comprometido a prestar 24.000 millones de dólares (20.433 millones de euros), incluidos 15.000 millones de sus DEG existentes (12.770 millones de euros), al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza del FMI, que ofrece préstamos en condiciones favorables a países de bajos ingresos.
«El FMI también está colaborando con sus países miembros sobre la posibilidad de un nuevo Fondo Fiduciario de Resiliencia y Sostenibilidad, que podría utilizar DEG canalizados para ayudar a los países más vulnerables con la transformación estructural, incluso enfrentando desafíos relacionados con el clima», ha apuntado Georgieva, para quien otra posibilidad podría ser canalizar los DEG para respaldar los préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo.
La junta de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el pasado 3 de agosto la asignación de DEG, la primera desde agosto de 2009.
El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros y que se puede intercambiar por monedas de libre uso. En marzo de 2016 se habían creado y asignado a los países miembros 204.100 millones en DEG (equivalentes a unos 241.000 millones de euros).
Su valor se calcula en función de una cesta de cinco monedas (dólar de Estados Unidos, euro, yuan, yen y libra esterlina).