Consejos para que tus hijos siempre te hagan caso

Pocas veces nos detenemos a revisar si nuestros hijos nos hacen caso o no. Pero con seguridad sabemos cuáles son los hijos de nuestros amigos o familiares que no hacen caso. Si los niños están pequeños es fácil hacerlos entender que hay normas que respetar y cuando damos alguna indicación deben entenderla y atenderla.

Para que un niño obedezca una instrucción, debe haber un aprendizaje previo por los que todos  deben pasar. Hay dos factores fundamentales que involucran la disciplina y el desarrollo evolutivo del niño. Te indicamos algunos consejos que si los sigues tienes bastante posibilidades que tus niños sean obedientes.

Repitamos varias veces la instrucción

Repitamos varias veces la instrucción

Una de las más efectivas acciones  que podemos hacer cuando queremos que el niño cumpla con una obligación o no se comporte de una manera no adecuada, es repetir todas las veces que sea necesario la  instrucción, evitando lo más posible las excepciones.

Cuando demos una nueva instrucción, con seguridad tendremos que repetirla más de una vez, esto también sucede cuando iniciamos a enseñarles los hábitos normales que debemos cumplir diariamente. Esto debemos hacerlos sin ningún tipo de agresión fisca al niño. Tu paciencia está a prueba.

La instrucción realízala mirando al niño a sus ojos

La instrucción realízala mirando al niño a sus ojos

Cuando conversamos con el niño y estamos explicándole, porque debemos cumplir con una instrucción, debemos hacerlo siempre, mirando al niño en forma directa a sus ojos.  Es muy importante en la comunicación el contacto ocular, el niño al ver tus ojos comprenderá la seriedad o veracidad de lo que le estas indicando.

No cumple ninguna función dar instrucciones desde tu habitación, sin saber qué actividad está realizando el niño. Es totalmente diferente cuando le indicamos la niño mirándolo que debe guardar sus zapatos, lo tomamos de la mano y lo acompañamos a su habitación para guardarlos, que cuando lo hacemos mientras estamos viendo la tele.

Enséñalo mostrándole como lo haces tú

Enséñalo mostrándole como lo haces tú

Todo niño sigue fácilmente las conductas y acciones de todos los que los rodean. Por lo que es fácil cuando lo enseñas a copiar tu conducta, tus acciones y tus hábitos.  Cada vez que puedas muéstrale como se hace lo que le estas pidiendo.

Invítalo a que te acompañe a hacer las cosas cotidianas, guardar la ropa sucia en la cesta, colocar la basura en el cesto de basura. Enséñale a cepillarse sus dientes cuando cepillas los tuyos,  invítalo a guardar tus pertenencias y ayúdalo a guardar sus juguetes.

Siempre debemos felicitarlo

Siempre debemos felicitarlo Moncloa

Es muy fácil felicitar a tus hijos cada vez que cumple con sus obligaciones, así cuando cumple con una instrucción que tú le das. Mostremos que como lo está haciendo está muy bien, adicionalmente demostrémosle nuestro agrado o satisfacción por lo mismo.

Felicitar es tan solo dar una caricia, un beso, unas palabras de aliento, felicitemos al niño cada vez que cumple con la actividad y de igual forma cuando lo intenta. En algunas ocasiones podemos otorgar premios en físico, un juguete, una salida a comer helados y otros. Felicítalo también cuando en forma espontánea trate de realizar alguna actividad positiva.

Trata de jamás gritarlos

Trata de jamás gritarlos hijos

Cuando gritas, estás agrediendo y por lo general el ser humano desde su niñez, la agresión la retribuye con más agresión, por lo que con mucha seguridad es que no cumpla con lo requerido o lo haga por obligación, lo que no será una conducta aprendida.

Hablar con firmeza, en un tono adecuado es totalmente diferente a gritar. Cuando lo haces de la forma correcta, con seguridad tus hijos prestaran atención a cada indicación y explicación que le estas indicando.

Cuida el lenguaje que utilizas

Cuida el lenguaje que utilizas

Para toda instrucción, independiente de la edad de quien la esté recibiendo, se debe realizar utilizando  un lenguaje adecuado. El primer error que jamás debes cometer es usar las ofensas, cuantas veces escuchamos “Muchacho flojo” “Porque eres tan bruto”.  El lenguaje ofensivo también es una forma muy directa de agresión.

Usemos las palabras adecuadas, evita también utilizar en exceso la palabra NO, es fácil corregir indicando” inténtemelos de  esta forma”  “hagámoslo así”. A todos nos agrade que nos traten con respeto, a los niños también.

No amenacemos al niño

No amenacemos al niño hijos

Las amenazas son otra de las formas de agresión, que en muchos casos utilizan algunos padres para educar a sus hijos. Esto por lo general no suele dar buen resultado y más en niños pequeños.

Las amenazas que surten menos efectos es cuando en la amenaza viene incluido un castigo que con seguridad no vamos a cumplir. Esta forma de agresión hace que nuestra palabra pierda credibilidad.

Entendamos que no obedecerán siempre

Entendamos que no obedecerán siempre hijos

Debemos estar plenamente consiente como padres, que por más educados y obedientes que sean nuestros hijos, en diferentes casos no obedecerán con una instrucción, esto puede suceder por múltiples situaciones.

En estos casos es mucho más fácil atender el caso. Recordemos la frase, felicita en público y castiga en privado. Pasado el impase de desobediencia, en algún momento que el niño este solo, acércate y en tono amigable consúltale el por qué no hizo caso a la instrucción. En muchos casos no tendrás repuesta, pero dejaras al niño pensando si fallo o no, que es un buen síntoma.