Trucos para pasar de las botas a las sandalias sin destrozarte los pies

Las temperaturas comienzan a aumentar y poco a poco nos vamos a ir desprendiendo de capas de ropa. El calor también trae cambios en lo que se refiere al calzado, y muchos se preguntan cuando es el mejor momento para pasar de las botas con calcetines a las sandalias de verano. Este cambio a veces lo hacemos de forma tan repentina, que los pies se resienten, por eso los podólogos recomiendan no apresurarse demasiado y esperar a que los pies estén listos para calzar esas bonitas sandalias que llevan todo el invierno esperando a salir del armario.

PASAR A LAS SANDALIAS DE FORMA PROGRESIVA

sandalias

¿Cómo hacerlo para evitar todos estos riesgos? Lo mejor es tener un calzado intermedio que permita a los pies ir adaptándose a estar menos sujetos y abrigados. Lo ideal es un zapato cerrado y ligero, como una zapatilla, que esté bine sujeta al talón, y que podamos utilizar primero con calcetín o media, y después con el pie descalzo, antes de dar paso a la sandalia. Los clásicos mocasines, las zapatillas deportivas, las bailarinas, o las alpargatas son excelentes ideas para esta transición primaveral. Tanto este zapato intermedio, como la sandalia de verano, debería ser un calzado con la suela flexible, no muy fina, de al menos un par de centímetros, y con una buena amortiguación. Los podólogos no recomiendan las suelas completamente planas para evitar la molesta fascitis plantar.