El ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha admitido este lunes que la victoria de la extrema derecha en las elecciones de Italia, de forma «apabullante», debe ser motivo de «preocupación» y llevar a «reflexionar» sobre las políticas públicas en la UE.
Así lo ha trasladado, a preguntas de los medios, durante una visita al Laboratorio Nacional de Biotoxinas Marinas de Vigo, y ha constatado que la crisis económica en Europa, las consecuencias de la pandemia o de la crisis energética generan una situación de «incertidumbre» en la que «es normal que la gente sea empujada a determinadas posiciones políticas».
Al respecto, ha apostado por «reflexionar» sobre las políticas públicas y «las esperanzas que se trasladan a la sociedad», y ha proclamado que él cree en una UE que se construyó sobre unos principios y valores «profundamente anclados en la democracia». «En gran parte del mundo están amenazados esos valores, estamos viendo la proliferación de propuestas desde hace años en Europa con políticas xenófobas, racistas, que son incompatibles en gran medida con los valores y principios democráticos», ha advertido.
Por ello, ha señalado que hay que preguntarse «cómo hacer para que la ciudadanía confíe de manera mayoritaria en propuestas progresistas«; en la misma línea, ha apuntado que ha habido una abstención «récord» en Italia, lo que también obliga a «preguntarse por la desafección política».
A su juicio, la UE «tiene un reto por delante», tras sufrir «varios embates», como el Brexit, la crisis económica o el cambio climático, apelando a valores como la «distribución o la igualdad» que hagan entender a los ciudadanos que «la política es un instrumento útil para mejorar la vida de la gente».
«Habrá que esperar a ver cuáles son los movimientos de los diferentes gobiernos para evaluar, pero el hecho de que un partido de extrema derecha alcance un gobierno tan importante como el de Italia, es una reflexión que tiene que plantearse en términos históricos», ha concluido.
Preguntado acerca de la posibilidad de que se repita en España un escenario como el de Italia, Alberto Garzón ha rechazado ese extremo. «En absoluto. Cada país tiene sus singularidades, no podemos plantear que haya una traslación de modelos (…), sería precipitado pensar que el resultado de Italia guarda similitud con España«, ha enfatizado, antes de recordar que el propio sistema electoral y su traducción en escaños es diferente al de España.
Con todo, ha matizado que «lo que sí hay es un clima de frustración y crisis social en Europa desde hace más de 10 años«, y ha señalado que ese clima solo se puede abordar con una apuesta «para que UE sea más igualitaria, no una UE de dos velocidades, en la que todo el mundo se sienta parte y se sienta protegido», donde los ciudadanos no se sientan al albur del mercado para quedarse en desempleo o tener ingresos suficientes para calentarse o alimentarse.