Cómo hacer en casa unos polvorones más ricos que los del ‘súper’

Las tiendas están empezando ya a traer su tradicional surtido de productos navideños, entre los que destacan los dulces, como los turrones y los polvorones, tan exclusivos de esta época del año que un solo bocado nos sabe a fiestas, a hogar y a niñez. El origen de los polvorones se remonta al siglo XVI, a la región andaluza de la Estepa, aunque fue en el siglo XIX cuando una mujer llamada Filomena Micaela Ruiz, comenzó a comerciarlos. Poco a poco se fue pasando a una producción más industrial y a distribuirse en grandes cantidades. Hoy día encontramos un sin fin de variedades de polvorones y mantecados (que, por cierto, se diferencian por la forma, unos son ovalados y otros redondos y por el contenido en almendra), y los podemos comprar en cualquier supermercado, de diferentes fabricantes. Pero los polvorones más ricos que existen son los caseros.

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CÓMO HORNEAR LOS POLVORONES CASEROS

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Después enharinamos una mesa y extendemos la masa con un rodillo, haciendo una lámina de un grosor de unos 1,5 cm. Cortamos círculos con un cortador y los colocamos sobre papel de hornear. Cuando los tengamos todos listos, los ponemos en el horno a 210º unos 12 minutos, aunque es mejor empezar a vigilarlos antes porque si se tuestan demasiado resultarán amargos. En cuanto los bordes se empiecen a tostar hay que sacarlos del horno. Los retiramos y los dejamos enfriar en la rejilla, manteniéndolos en el papel para que no se rompan, ya que en caliente son especialmente delicados. Una vez fríos, podremos envolver los polvorones caseros en papel, procurando manipularlos con el máximo cuidado.