Lo que Yolanda Díaz haga en mayo puede amargar la alcaldía de Madrid al PP

Es cierto que ha pasado bastante inadvertido, pero el acuerdo entre Izquierda Unida y Podemos para concurrir juntos a las elecciones municipales en Madrid podría tener trascendencia e incluso amenazar la alcaldía de la ciudad para el PP. También es probable que pocos madrileños sepan quién es Roberto Sotomayor. Pero el hecho es que si finalmente Yolanda Díaz y su Sumar se mantienen en la senda de Unidas Podemos, los votos que recolecte esta opción de extrema izquierda pueden ser decisivos.

En las elecciones de 2019 concurrieron dos candidaturas que nacían del mismo proyecto y del cobijo de Manuela Carmena. Carlos Sánchez Mato, concejal de Hacienda con Carmena, se presentaba contra su ex jefa con las siglas de IU. Esta candidatura logró 42.885, votos que obviamente restó a Carmena. Sánchez Mato fracasó y no entró en el Pleno. Si hubiera llegado al umbral de los 70.000 votos -para entrar en el Pleno se requiere un 5% de los votos- habría logrado tres o cuatro concejales -en función de los remates de la Ley D’Ont- que habrían dado la alcaldía a Carmena. ¿Cuántos votos habría conseguido si tras su anodina candidatura -Sánchez Mato no es un prodigio de popularidad- hubiera estado apoyando una figura de la popularidad de Yolanda Díaz? Este futurible indemostrable puede ser una realidad en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo.

LA CALCULADORA DE LA IZQUIERDA

De hecho, estas cuentas ya están en las calculadoras electorales de los partidos de la izquierda. El panorama que arrojan las encuestas deja un claro e indiscutible ganador, el alcalde José Luis Martínez-Almeida. Tras él, incógnitas. La primera, el papel que vaya a decidir tomar la vicealcaldesa, Begoña Villacís. Todas las encuestas -menos la encargada por el Grupo Municipal Popular- dan entre tres y cuatro concejales a una candidatura de Ciudadanos liderada por Villacís. La clave en este caso para el centro derecha es sumar entre las tres opciones, Ciudadanos, PP y Vox, como ocurre ahora mismo en el Pleno.

Villacís tiene una oferta del PP para sumarse al proyecto de Alberto Núñez Feijóo, aunque ella misma se ha autodescartado para ir en la misma lista que el alcalde Almeida. Su decisión final se tomará en estas semanas, porque el PP le ha pedido que se pronuncie antes del 31 de diciembre. Hay que señalar que quien insiste en el fichaje de la cabeza visible de Ciudadanos en Madrid no es Almeida, sino Miguel Ángel Tellado, uno de los hombres de la sala de máquinas de Feijóo.

Pero es en la bancada de la izquierda donde la aritmética hecha humo. La última encuesta fiable da 17 concejales a Más Madrid y 11 a la del PSOE, a solo un concejal de arrebatar la mayoría a los partidos de centro-derecha. Una lista potente de Unidas Podemos, más si tiene el respaldo de la última ‘starlette’ de la política española, Yolanda Díaz, puede erosionar las cuentas de Rita Maestre. Pero lo que no hará será tirar medio centenar de miles de votos a la basura de la extrema izquierda, como ocurrió con la candidatura de Carlos Sánchez Mato. Al final se trata de llevarse a su campamento los diputados que aparentemente va a perder Ciudadanos.

En las autonómicas todos los diputados de Ciudadanos acabaron en la bolsa de Isabel Díaz Ayuso, pero ahora no está tan claro. Y la actitud de los candidatos de la izquierda dejan claro que ahí tienen también puesta la diana. Rita Maestre ha moderado su discurso hasta extremos inimaginables en los tiempos en que entraba en las capillas, no a rezar precisamente. Como muestra, el apoyo a la cumbre de la OTAN del pasado verano, llevando incluso la contraria a la doctrina general de su formación política. El análisis de algunas voces de Más Madrid es que para tener amplias bolsas de votos tienen que moderar el discurso de extrema izquierda, algo que Carmena lograba de manera natural por el mero hecho de su edad y su profesión, magistrada.

Del mismo modo la candidata del PSOE, la ministra Reyes Maroto, apunta en la misma dirección, moderación frente a perfiles más izquierdistas. En las quinielas estuvieron más nombres, como el actual director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que llegó a ser candidato de la extrema izquierda a la Comunidad en 2015, de perfil mucho más izquierdista que la ministra Maroto.

Es el mismo sentido que ha tomado la comunicación política de Yolanda Díaz. Un perfil inequívocamente de izquierdas, incluso con pedrigrí de militancia en la familia, pero con un envoltorio socialdemócrata incluso en el vestuario.

LA TRAMPA DE LOS PRESUPUESTOS

Por eso es interesante para la izquierda reforzar el posible perfil más cercano a Vox del alcalde Almeida. Los presupuestos son toda una trampa en este sentido, obligado a pactar con Vox para sacarlos adelante, pero sin camuflarse con una opción política que es incompatible con rescatar los concejales que pueda perder la lista de Ciudadanos. Todo guiño del alcalde Almeida a Vox (inauguraciones de estatuas con loas a Milán Astray; reivindicar las raíces cristianas de Madrid, fundada por los musulmanes, en La Amudena…) son una fiesta para la izquierda en fase de moderación.

Roberto Sotomayor, atleta por más señas, candidato in péctore de IU-Podemos, hoy un perfecto desconocido, puede ser por tanto la llave de todo este puzzle electoral. Él y Begoña Villacís, que es en sí misma una marca mucho más potente que el depauperado Ciudadanos de 2022, agujereado en última instancia por una maniobra extraña de Edmundo Bal.

En este contexto, la presencia de Yolanda Díaz puede ser decisiva. Siempre que logre evitar la lucha que ha mantenido hasta ahora en cada cita electoral con sus supuestos compañeros de militancia, que ha llevado a decepciones notables en Castilla y León y Andalucía.