En mitad de las constantes manifestaciones de la Calle Ferraz, las numerosas agresiones, la creciente cantidad de detenidos y la crispación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con la sociedad civil, El ministerio de Interior ha hecho públicos los datos de violencia que ha recibido la Policía Nacional y la Guardia Civil en lo que llevamos de 2023.
Según este informe, este año ha registrado una alarmante escalada de violencia dirigida hacia los agentes. Entre enero y agosto se han documentado 11.312 delitos de atentado, lo que supone un promedio de 45,6 agresiones diarias, cifras que superan significativamente la media del año anterior que cerró con 16.651 delitos de atentado, delineando una tendencia inquietante en la seguridad de los agentes del orden.
El epicentro de esta preocupante ola de violencia se encuentra en Madrid, con 2.191 casos reportados, seguido por Barcelona con 1.177 incidentes. Al final de la lista provincial se sitúan Teruel, con apenas 27 delitos, y Ávila, con 25, erigiéndose como áreas relativamente seguras para los agentes. Lugo y Zamora también figuran como lugares donde la incidencia es menor.
Frente a esta escalada de violencia, sindicatos policiales como el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) expresan su creciente preocupación y han manifestado diferentes motivos por lo que, según sus análisis, las agresiones a los agentes de las Fuerzas y Seguridad del Estado han experimentado un aumento significativo en la primera mitad del 2023.
LAS AGRESIONES CUESTAN 200 EUROS
Ante esta situación, los representantes de los agentes reclaman medidas inmediatas y sustanciales. Exigen «el endurecimiento de las penas para los agresores y la provisión de un material de defensa y protección más completo y actualizado a las circunstancias». Advierten sobre la falta de garantías y «los riesgos diarios a los que se enfrentan» los agentes, subrayando la urgencia de atender esta problemática.
Las agresiones a un agente «conllevaN sanciones irrisorias»
Según estos sindicatos, la situación se ve agravada por la constante reducción de efectivos en los últimos años, una respuesta gubernamental criticada por su lentitud en términos de tasas de reposición. Los sindicatos subrayan la necesidad de medios profesionales, como chalecos antibalas individuales y pistolas TASER, así como «la implementación de servicios extraordinarios retribuidos de manera justa».
Además, identifican diversos factores que contribuyen a estas cifras, entre ellos la falta de respeto a los agentes, plantillas mermadas, la sensación de impunidad y el desprecio a las normas por parte de la población. Por otro lado, las asociaciones critican que las consecuencias legales de agredir a un agente «conlleva sanciones irrisorias», como multas de 200 euros, generando «un ambiente insostenible y peligroso».
IGUALDAD LABORAL PARA MEJORAR SU SEGURIDAD
Tras estos datos revelados por el ministerio de Interior, gracias a una solicitud de información registrada por el Partido Popular en el Congreso de los Diputados, los agentes se han lanzado a demandar medidas urgentes para garantizar su integridad física y protección.
En este complejo panorama en el que se encuentran los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, destacan la necesidad de igualar las condiciones socio-laborales de los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional con el resto de los Cuerpos de Seguridad autonómicos. En este sentido, la demanda incluye «una jubilación digna, la equiparación salarial, la reclasificación al grupo B y una cadencia fija de turnos para facilitar la conciliación laboral y familiar».
Los reclamos de «más garantías y menos riesgos» se vuelven cada vez más relevante para los policías y guardias civiles que, año tras año, enfrentan el peligro en el ejercicio de su deber. La historia reciente refleja un aumento sostenido de agresiones, instando a la sociedad y las autoridades a abordar este fenómeno de manera decisiva y eficaz.
FERRAZ, EL ÚLTIMO ESCENARIO DE AGRESIONES
Tras el anuncio de Pedro Sánchez de crear una ley de amnistía para conseguir los apoyos de Junts, la Calle Ferraz ha sido el escenario de manifestaciones multitudinarias en contra de esta decisión. Sin embargo, en las movilizaciones diarias, la violencia y las agresiones han sido las protagonistas de muchas de esas noches, resultando afectados por ello tanto asistentes como agentes.
Desde el 3 de noviembre, las jornadas nocturnas de manifestantes en Ferraz se han ido repetido de manera consecutiva. Cada noche ha congregado a diferentes números de personas, con todo tipo de canticos y también de violencias y agresiones. En este sentido, hasta la fecha actual, se han registrado más de 70 detenidos desde que comenzaron las revueltas.
Sin embargo, esta violencia no solo ha afectado a los manifestantes. Desde el otro lado de la valla, entre el 3 de noviembre y el 18 del mismo mes, el ministerio de Interior ha registrado más de 45 agresiones a policías, quienes han terminado heridos como consecuencia de los enfrentamientos con los manifestantes. Así, la Calle Ferraz se ha convertido en último escenario que está aumentado las cifras de agresiones a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en 2023.
