Villarejo exigió 750.000 euros al BBVA y «camuflar los pagos»

  • El comisario contrató con el banco a través de una filial de su empresa de detectives Cenyt.
  • Villarejo propuso cobrar parte de su trabajo a través de sociedades ficticias o en el exterior.
  • Al finalizar el encargo del BBVA, el comisario reclamó cobrar 120.000 euros adicionales.
  • José Manuel Villarejo, a tenor de la batería de borradores de contratos para costear su guerra sucia para el BBVA, marcó exigencias ilegales que, fueran atendidas o no, no le hicieron perder la confianza del cliente, según la documentación a la que ha tenido acceso MONCLOA.COM.

    En una de las aclaraciones al contrato que finalmente logró, Villarejo pide que «se articule un nuevo contrato para que aparezca como que los pagos mensuales son consecuencia de exit. (sic) Determinar qué opción se escoge:

    Procedimiento 1: Mediante el empleo de sociedades con fines de ocio, estudios de mercado y/conceptos similar (siempre ajenos a criterios de investigación)

    Procedimiento 2: Pago en el exterior«.

    La paradoja es que, a falta de que el BBVA clarifique todos sus pagos a Villarejo, el comisario dejó constancia por escrito de que aceptaba cualquier fórmula, por ilegal que fuese, para cobrar y cubrir de opacidad sus honorarios. EL BBVA, lejos de prescindir de sus servicios, continuó usándolos para recibir munición para la guerra sucia que mantenía contra el que denominaba «grupo hostil» a Francisco González.

    PAGOS EXTRA Moncloa
    Escrito en el que Villarejo pide pagos extra. Los subrayados son de Moncloa.com

    Villarejo no aclara por qué quiso encubrir sus pagos. ¿Para evitar toda sombra de cohecho dado que se estaba financiando con grandes sumas a un comisario en activo?, ¿para proteger la reputación del banco y que nadie pudiese demostrar el origen de la información sensible alcanzada sobre todos y cada uno de los enemigos del presidente del BBVA?

    La cifra finalmente pagada en 2005 por esta guerra sucia contra los enemigos de FG es un secreto mientras el BBVA no lo aclare. Y no guarda relación con los pagos realizados entre 2012 y 2017 por valor de cinco millones de euros del BBVA en favor de Villarejo y sus dossieres contra Ausbanc, entre otros.

    La primera cifra que planteó Villarejoel 2 de diciembre de 2004 fue de 750.000 euros. Pero ese mismo día redactó un nuevo borrador rebajando los emolumentos a 510.000 euros. Un mes después, el 3 de enero de 2005, disminuyó su caché a 360.000 euros y admitía que le pagaran mensualmente, a razón de 30.000 euros. El contrato era prorrogable anualmente, salvo denuncia expresa, lo que debía reportarle otros 360.000 euros al año siguiente. Eso le situaría nuevamente cerca del reto ambicionado inicialmente -720.000 euros-, aunque MONCLOA.COM desconoce si finalmente se prorrogó dicho acuerdo.

    Sin embargo, el 21 de marzo de 2005, exigió un plus de 120.000 euros. En suma, en el menor de los escenarios, Villarejo planteó al BBVA cobrar 470.000 euros por un trabajo que debía durar como máximo un año.

    Pero, por encima del coste secreto de la guerra sucia contra los rivales de FG, la letra pequeña de los sucesivos borradores del contrato apuntan llamativas perlas. Así define Villarejo su aportación a FG: «Intervenir a posteriori cuando alguna acción contraria a los intereses de la firma contratante ya se hubiera producido, obteniendo los elementos de prueba en contrario, así como utilizando de manera quirúrgica la información para demostrar la verdad con el mínimo de tensión».

    bbva villarejo
    Primera página del contrato entre el BBVA y la empresa de Villarejo. Los subrayados son de Moncloa.com

    «Igualmente», apuntaba el borrador,»se dosificará el empleo de elementos estratégicos-informativos por cauces seguros para una vez evaluadas las situaciones críticas, reconducir la problemática puntual y diseñar y, por ende, poner en práctica soluciones imaginativas y correctoras que propicien una especial eficacia de choque».

    Toda esta verborrea es ilustrativa tanto en lo que dice como en lo que no dice. No dice que Villarejo ha sido contratado por el BBVA para evitar robos, para mejorar la seguridad de las redes ni siquiera para detectar pinchazos telefónicos. Todo aquello que cabe que una empresa de inteligencia pueda aportar a un banco. No. Lo que dice es otra cosa: detectar acciones contrarias a la parte contratante y actuar quirúrgicamente.

    ¿Acciones contrarias a la parte contratante, el BBVA, o acciones contrarias a su presidente, FG? Ni el contrato lo definía ni lo ha hecho FG cuando ha sido interpelado, que lo deja en que había que defenderse. Tampoco es definida la acción contraria. ¿Una opa sería merecedora de la contratación de toda una agencia de inteligencia?

    EL GRUPO HOSTIL AL BBVA

    Pero Villarejo no sólo ofrece al BBVA información del «grupo hostil», también le indica qué hacer con ella: filtrarla a la prensa por cauces seguros. No menos inquietante es la frase donde el comisario encubierto se jacta de que obtendrá «elementos de prueba» contra el grupo hostil.

    Al mismo tiempo que el comisario, hoy detenido por espionaje y extorsión, esboza un escenario tan sensible sobre sus propósitos, deja claro que «intervendrá en todo momento bajo la supervisión y directrices de la firma Contratante, teniendo la obligación de consultar cualquier actuación que no estuviera prefijada».

    «Igualmente, estará obligado a denunciar urgentemente a las autoridades judiciales cualquier incidencia referida a conductas personales de las que pudieran derivarse responsabilidad de cualquier tipo», precisaba el borrador.

    Nuevamente, Villarejo arroja luz sobre el calado de su cometido. Aclara que cuanto haga será con la anuencia del BBVA. Por tanto, si hace algo ilegal, a tenor de su borrador, será porque el cliente lo quiera.

    Pero no menos llamativo resulta que, insólitamente, ofrece a su cliente denunciar en los tribunales cualquier irregularidad que advierta en los enemigos de FG investigados. Lo habitual es que los detectives informen de los resultados de sus pesquisas al cliente y el cliente juzga qué hacer. Villarejo parece querer dar una coartada al BBVA: no hace falta que el cliente denuncie a los enemigos de FG, ya lo hago yo.

    Los borradores de contrato anunciaban que Villarejo ofrecería el resultado de sus pesquisas, «de acuerdo a criterios y procedimientos que se le determinen por parte de la firma contratante», mediante informes escritos que obran también en poder de este diario.

    A su vez, BBVA se comprometía a entregar «toda la información que sea necesaria para la puesta en conocimiento previo de las circunstancias y detalles del proyecto encomendado». En efecto, en poder de Villarejo se encontraban decenas de notas informativas sobre los enemigos de FG que parecían proceder del BBVA.

    Acabada la guerra sucia del BBVA, el propio Villarejo se quejó de cierto nivel de incumplimiento en materia de pagos: «Una vez conseguidos todos los objetivos, cambiados los conceptos de facturas, emitidas otras…, no se cumple el compromiso acordado por ambas partes, con la excusa de que el pago de la cantidad debería fraccionarse, ya que era de un volumen que era mejor demorar«.

    Pero la queja de Villarejo al BBVA no acababa aquí, ya que añade: «Por parte de este GIA (Grupo de Inteligencia y Análisis), amén de mantener el trabajo, a pesar de que el riesgo ha sido muy elevado, no se ha emitido queja alguna por los continuos cambios no previstos».¿Qué riesgos elevados corre una agencia de detectives si respeta la ley? Ni siquiera Villarejo enuncia cuál ha sido el riesgo porque sabe que el cliente lo conoce.

    «Todas y cada una de las condiciones se han cumplido, aun a pesar de que continuamente se han cambiado los objetivos, aumentando las tareas y adjudicando a capricho nuevos objetivos»

    Más lágrimas de Villarejo sobre los contratos de FG: «Todas y cada una de las condiciones se han cumplido, aun a pesar de que continuamente se han cambiado los objetivos, aumentando las tareas y adjudicando a capricho nuevos objetivos».

    ¿Qué contrato es aquel donde se adjudican a capricho nuevos objetivos y tal labor supone peligros y más tareas? Un contrato, a tenor de las abundantes pruebas en poder de este diario, en el que los objetivos son personas: los enemigos de FG.

    Por si no quedaba claro qué se había investigado y para quién, Villarejo lanza su bala final: «Posteriormente, y pasados unos días (una vez enfriada la sensación del triunfo) ya no se ve tan importante el esfuerzo realizado, se relativizan los resultados y se va evolucionando en el sentido de dejar de reconocer el trabajo a fiscalizar todos los detalles, para ver en definitiva qué se ha hecho y si el éxito es o no atribuible a la labor que FG ha realizado (por aquello de que es el único listo que sabe hacer las cosas, los demás son unos aficionados)«.